Armando Ortiz / La tragedia de la familia de Iván de Jesús Ayala Morales es sumamente desgarradora. Es una muestra de lo que los veracruzanos hemos vivido en los últimos dos sexenios que se van, pero que no se quieren ir.
La tragedia ocurrió el día viernes 24 de junio. Según la versión oficial una patrulla de Seguridad Pública, en la que viajaban dos elementos uniformados, fueron insultados por los ocupantes de una auto; les gritaron “putos”. Según la versión oficial ese insulto fue suficiente para que los policías persiguieran el auto. Los policías dicen que encontraron el auto estacionado, y que de un domicilio salió una persona con un machete intentando agredirlos. Los policías sólo repelieron la agresión a balazos.
Otras versiones periodísticas que circularon dicen que los policías entraron a la casa de uno de los que insultaron a la autoridad y de ahí lo sacaron. También dicen que una mujer policía fue la que baleó a uno de los implicados, dicen que ella fue la que actuó con más saña.
El día viernes 1 de julio estuvieron en el programa Círculo Rojo del Periodismo Veracruzano los familiares de este joven de 27 años que con su muerte deja a una viuda que tendrá que hacerse cargo sola de sus dos hijas. Acudió también el tío de Iván, el señor Julio Morales y su primo Cristian, a cuyo padre, el señor Flavino Morales también balearon, hiriéndolo en un pie. En ese mismo hecho también fue baleado, a quemarropa, el joven Efraín Hernández, quien era trabajador del señor Julio Morales. Ellos acudieron para aclarar algunos puntos y para echar abajo las versiones tanto oficiales como periodísticas.
Los hechos, según los relata Cristian, ocurrieron de la siguiente manera. La tarde de ese viernes fueron a Tuzamapan, él y su primo Iván, a traer una cabeza de vaca que unos familiares les obsequiaron para hacerla taquitos al día siguiente. Pero la cabeza tenía que ser limpiada y guisada la noche anterior por lo que ordenó que arreglaran todo para poner agua a hervir. A las 19:30 horas estaban en Tuzamapan, donde fueron atendidos por sus familiares y ya más tarde regresaron a Xalapa. Antes pasaron a dejar a su tío Julio a Coatepec, quien los había acompañado. El hecho es que en Xalapa estuvieron alrededor de las 22:00 horas, donde se dispusieron a guisar la carne para tenerla lista al día de mañana. El fuego lo hicieron en un terreno al lado de la casa de uno de ellos, en la Colonia Carolino Anaya, en la calle Río Bobos casi esquina con Río Consulado.
Iván decidió ir a casa de su madre por unos condimentos que requería el guisado por lo que tomó su auto y fue. Cuando regresó ya venía seguido por una patrulla de Seguridad Pública. Cabe mencionar que, según cuenta don Julio Morales, tío de Iván de Jesús, no era la primera vez que sufrían el acoso de los policías. Constantemente iban a revisarlos, a buscarles algo con tal de fastidiarles el día. Iván de Jesús fue abordado por un policía que le pidió se identificara. Iván se identificó, pero el otro policía, el más agresivo, comenta Cristian, le dijo que se lo iba a llevar, así nada más por que sí.
En adelante todo ocurrió de manera vertiginosa. Iván de Jesús se resistió, forcejeó con el policía, se zafó y trató de refugiarse, pero el policía cortó cartucho. Iván de Jesús se detuvo, pero nuevamente, a un descuido del policía que ya estaba amenazando a Cristián y al padre de él, el señor Flavino Morales, Iván intentó nuevamente refugiarse por lo que el policía le disparó, hiriéndolo gravemente. Iván solicitó ayuda a su primo Cristian y a su tío, pero cuando Flavino quiso auxiliarlo recibió disparos en el pie, siendo herido también. Cristian ya estaba auxiliando a su primo cuando su padre recibió los disparos. Le dijeron que se alejara de él, lo obligaron a que se retirara. Iván encontró refugio en su casa, de donde la policía fue a sacarlo; versiones de la esposa revelan que ahí lo amenazaron y torturaron, haciéndole más daño en la herida que al final resultó de muerte
Cuando el policía agresivo estaba apuntando a todos, de entre las camionetas estacionadas apareció Efraín Hernández, quien recibió de cerca un balazo en la pierna, miembro que ya le fuera amputado. Al ver la agresividad del policía, Cristián huyo como pudo para pedir ayuda. El policía le disparó, pero afortunadamente ningún disparo le dio.
Hoy Iván de Jesús está muerto, Efraín Hernández sufrió la amputación de una pierna y el tío de Iván, Flavino Morales resultó herido, pero además, Ana Karen quedó viuda con dos hijas pequeñas.
Ya hay dos policías en prisión, el responsable de los disparos Luis Enrique Hernández Cruz y el que lo acompañaba, Miguel Rafael Contreras Montero. Sin embargo se ha corrido la versión entre los mismos policías que cuando mucho estarán un año ahí y después serán liberados. Por supuesto no están enterados que el próximo gobernador ya será otro, otro será el secretario de Seguridad Pública y ellos, no permitirán que los causantes de esta tragedia salgan impunes, como lo estuvieron haciendo varios policías en esta “docena trágica”.