Por supuesto, no regresarían con el mismo nombre ni la misma marca, vendrían disfrazados de plurales, objetivos y honestos. Pero ya lo dice el dicho, aunque el abyecto se vista de seda, abyecto se queda. A esos sujetos ya los tienen bien detectados, fueron los más viles en la guerra sucia implementada contra Yunes Linares; no se midieron.
Apenas vuelvan, en las mañas se les notará la clase; a las pocas semanas volverán a ser los mismos, se alquilarán como sicarios para golpear a los de siempre, enemigos del sistema que fenece y periodistas críticos que incomodan. Tienen el signo de Caín en la frente, de modo que tarde o temprano los vamos a reconocer.