Entre esas disposiciones legislativas está el nombramiento de un Fiscal Anticorrupción a “modo”; el nombramiento de tres magistrados inamovibles de una “Sala Especializada para combatir la Corrupción”, terna única propuesta por el propio gobernador en funciones.
En los siguientes puntos que enumera el gobernador electo señala la pretensión de mantener al mismo contralor que le ha solapado todas sus raterías, así como la negativa de entregar la Cuenta Pública, esto con el propósito de que se elabore el Plan Veracruzano de Desarrollo.
Por si esto fuera poco, Javier Duarte pretende basificar a todos los empleados de gobierno, de subdirector para abajo, dejando una carga burocrática al nuevo gobernador imposible de soportar. No cabe duda, ya lo decíamos en este portal tiempo atrás, quien gobierna Veracruz es un Nerón moderno, que pretende incendiar Veracruz antes de dejar el poder. Esperemos que Peña Nieto, cómplice de Javier Duarte, lo detenga.