Los cambios en el país, los errores de la clase gobernante, la lucha entre las fuerzas políticas, el enriquecimiento vergonzoso de los líderes sindicales, pero sobre todo, la participación de la sociedad civil han creado un atmosfera democratizadora. Es en esta coyuntura donde la democratización del SNTE adquiere un inmenso relieve.
Los líderes sindicales durante años han vendido el discurso de la unidad a las bases con la intención de seguir manteniéndose en el poder. Pues es precisamente unidad de todos los trabajadores la que los puede quitar del poder.
En estos tiempos ya ha quedado demostrado que la unidad de los maestros es la mejor forma de evitar que se cancelen los legítimos derechos del magisterio, pero también es la mejor forma de impulsar métodos democratizadores dentro del SNTE. El único problema es la injerencia del Gobierno Federal dentro del mismo sindicato.
Por eso se espera que el magisterio apático e indiferente sea participativo y busque una verdadera representación sindical, ajena a la ubre gubernamental. Los maestros de piso, los que han pasado muchos años de vida en las aulas, se lo merecen.
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