Pues resulta que al gobernador de Quintana Roo le echaron a perder la sesión donde se habría de nombrar al nuevo fiscal anticorrupción, tres magistrados y aprobar el endeudamiento de 30 millones de pesos para Solidaridad.
Todo antes de terminar su mandato y ser sustituido por Carlos Joaquín (PAN-PRD). ¿La razón? asegurar así el no ir preso debido a los malos manejos del erario. Lo curioso fue que la convocatoria para tomar el Congreso local fue a través de mensajes de texto y redes sociales.
Desde distintas cuentas fue convocada la población en general a manifestar su inconformidad por lo que consideraron una serie de estrategias para cubrir presuntos malos manejos de la actual administración, a partir del nombramiento de un nuevo titular de la Auditoría Superior del Estado.
Sería bueno que lo que pasó en Quintana Roo sirva como lección para el gobernador de Veracruz; se esperaría que recapacitara y dejara de obstruir las acciones del próximo gobernador, no vaya a ser que en una de esas, el pueblo salga a ponerles un alto.