Nuevamente Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, habla sobre el conflicto magisterial. En la ocasión anterior Graue explicaba que la repudiada Reforma Educativa no era otra cosa que una reforma laboral, pues los puntos sustanciales de la educación no se habían tocado.
Esta vez, después de la represión del domingo en Oaxaca, Graue dice que «sólo los acuerdos y los consensos entre las partes dentro del marco de la ley, del respeto a las diferencias, del diálogo constructivo y de la razón podrán dar como resultado el verdadero proyecto de nación que el país se merece y al que los mexicanos aspiramos».
Uno de los actores de este conflicto es Aurelio Nuño, el improvisado secretario de Educación Pública, quien sigue en su postura de reprimir a los maestros que piden diálogo, que insisten en que para crear leyes es necesario que los funcionarios públicos conozcan la realidad de lo que quieren modificar.
Graue, académico de muchos años, con una preparación impecable pide diálogo; Nuño, un improvisado secretario de Educación ofrece represión. ¿Quién tiene más razón aquí?
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