Pero pocos, muy pocos, casi nadie, lamenta que estos medios cierren por la aportación que hacían al ejercicio de la libertad de expresión o el servicio que brindaban a la sociedad. La mayoría eran medios mercenarios que se pusieron al servicio del gobernante en turno para golpear a los adversarios del sistema. Fue así como muchos activistas sociales, políticos opositores, periodistas críticos y hasta miembros de la sociedad pasaron por las páginas de esos medios, donde se le bañó de infamia y maledicencia.
Uno de ellos, Marcha, de Saúl Contreras Beltrán, fue uno de los más feroces. En algún momento este medio tuvo todo el apoyo de Gina Domínguez quien le entregaba un jugoso convenio a cambio de su abyecta pluma. Juntos quisieron opacar la influencia del periódico Notiver y por ello fundaron la versión de Marcha en el puerto de Veracruz, obteniendo sólo deudas e ignominia.
La debacle final de Marcha se dio por la falta de pago de ese convenio que Gina le había conseguido, y la abominable guerra sucia que maquinó en contra de Miguel Ángel Yunes, el hoy gobernador electo. Ahora Marcha cierra la cortina dejando a muchos trabajadores con el pendiente de una justa liquidación, cosa que difícilmente ocurrirá.