Aurelio Nuño, con la venia de Peña Nieto, ha incendiado al país. Su cerrazón, su sinrazón, su singular definición de diálogo (nos reunimos, me escuchan y obedecen) y su torpeza política tienen al país en un conflicto que antes que mejorar, empeora. El reciente enfrentamiento de policías con maestros de la Sección 22 en Nochixtlán, Oaxaca es la respuesta a la estrategia de Aurelio Nuño para imponer la repudiada Reforma Educativa.
El enfrentamiento se dio la mañana de este domingo, cuando fuerzas locales y federales arreciaron en contra de todo el que les pusiera enfrente con tal de desbloquear el crucero de Nochixtlán que tenía más de seis días cerrado como una forma de presión en contra de la Reforma Educativa.
Hasta el momento se han confirmado tres muertos y más de 40 heridos. Es por ello que esta semana Aurelio Nuño se ganó la portada de la revista Proceso, quienes lo exponen como un sujeto arrogante, prepotente y cerrado. Si Nuño alguna vez pudo aspirar a la presidencia de México, ahora sólo le queda suspirar.
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