Vaya bronca incómoda en la que se metió Jaime Rodríguez el Bronco, quien en una charla con adolescentes soltó la siguiente frase: «A una niña gorda no la quiere nadie». Por supuesto que de ser una frase asertiva está equivocada y los reclamos que se le hacen al Bronco son más que justificados.
Pero si uno busca todo el contexto, si uno escucha el discurso completo se dará cuenta que la frase no pretendió ser ofensiva, sino comparativa. Una joven embarazada, para muchos es una joven gorda, porque el embarazo así las hace ver. Escuchando todo el discurso Jaime Rodríguez se refería a que los jóvenes inmaduros, una vez que han obtenido lo que quieren (sexo) de una chica, cuando las ven embarazadas (gordas), ya no las quieren.
De ahí partió el símil y la hipérbole: «A una niña gorda no la quiere nadie». Si se toma literal es para escandalizarse. Pero cuántas veces hemos dicho por ejemplo que «nadie está de acuerdo con las reformas de Peña Nieto». Literalmente está uno equivocado, pero es una hipérbole para mostrar que en su gran mayoría las reformas tienen el repudio popular.
Ahora bien, ¿por qué ataca Televisa al Bronco? Porque el Bronco prometió cancelar todos los convenios de publicidad con esa empresa; ¿a poco creen que Televisa, con sus anuncios de gansitos y cocacolas, está preocupada por las niñas gordas?
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