Sabino Cruz V. / Pasada las elecciones y obtenidos los resultados por todos conocidos en los doce Estados que eligieron gobernador, diputados y/o presidentes municipales, voces diversas –desde los mismos presidentes de institutos políticos, candidatos triunfadores/derrotados, analistas políticos y comentaristas de café- coinciden que los funcionarios que dejarán el cargo deben ser sometido a escrutinio por las acciones/omisiones que realizaron.
Para el caso de Veracruz, el imaginario colectivo considera que el triunfo de Miguel Ángel Yunes Linares, es resultado del hartazgo de ochenta y seis años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI); la imbecilidad del doctor Javier Duarte de Ochoa durante seis años al frente del ejecutivo estatal; la corrupción en casi todos los niveles de gobierno; la imposición de familiares/amigos cercanos en cargos públicos o de elección popular; el contubernio con el crimen organizado y/o los mass media locales/nacionales; la escandalosa deuda acumulada; el impago a prestadores de servicios, proveedores, instituciones de educación superior, centros de salud/rehabilitación; etcétera. Y por lo mismo el preámbulo de la rendición de cuentas que se pedirá a la administración saliente.
El virtual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, en sus primeras declaraciones dice que auditará “a profundidad la aplicación de los recursos públicos estatales en los últimos 12 años, para que los veracruzanos sepan qué fue lo que nos llevó a la crisis financiera que hoy vivimos”; que “sancionará a quien haya saqueado las arecas públicas” y lo obligará a que devuelva lo que robó al gobierno de Veracruz; y lo que todos los veracruzanos queremos que sea realidad: que pedirá rinda cuentas el gobernador Duarte de Ochoa , y de encontrarse elementos, se le abrirá proceso para que vaya a la cárcel.
Sin embargo, si de algo estamos seguros los nativos y anexados de este estado, es la poca probabilidad de que se les pida a los funcionarios de esta o la pasada administración rindan cuentas, empezando por el primer mandatario; o que la caña de pescar que Duarte de Ochoa le entregó como regalo de cumpleaños a Héctor Yunes Landa, capture a los peces gordos. También tenemos dudas razonadas sí habrá una profunda depuración de los mandos altos/medios; y si los parientes, “amig@s con derecho” o compadres del gobernador saliente, no formen parte de la lista de acuerdo “de caballeros”.
Tan seguro estoy de esto, que el mismo doctor Duarte de Ochoa nos da testimonio de ello. En un alarde de soberbia -por la seguridad de saber que la impunidad es el sino de este Estado- declara a través de YouTube que “los desvíos de los que se habla solo existe en la mente tortuosa de quien si tiene denuncias formales por enriquecimiento ilícito y gravísimos señalamientos por falta de probidad como persona”. Señalamiento, que devela que ni las denuncias interpuestas contra Miguel Ángel Yunes Linares, como tampoco el juicio de precedencia en contra de don Javier procederán.
Como tampoco se logre probar, ni el enriquecimiento ilícito y falta de probidad, ni la complicidad con el crimen organizado o el saqueo a las finanzas públicas, tanto del gobernador entrante como del que deja el cargo y los secretarios de despacho. Conclusión que no requiere de un concienzudo análisis, pues la experiencia ha mostrado que si algo les sobra a los políticos es inteligencia para no dejar rastro y/o testigos de los actos que comenten. Es decir nadie les pedirá que rindan cuentas.
Por otro lado, coincido con don Javier Duarte que Veracruz requiere altura de mira, no de balandronadas y amenazas, que no merece ser escenario de peleas callejeras ni terreno de venganzas políticas por afrentas imaginarias y que cada quien debe ser responsable de sus acciones y protagonismo de su pasado y su presente. También comparto su decir que hay quienes tienen un pasado de corrupción y perversiones, que tratan de ocultar tras un falso y ridículo disfraz de vengador justiciero.
Mi coincidencia se fundamenta, no en el personaje que hace alusión, y que no se atreve llamar por su nombre, si no en los funcionarios de su gabinete, y del próximo pasado, que por diversas vías fueron denunciados, que contendieron en estas elecciones o que siguen dentro del presupuesto. Cómplices por incapacidad, ignorancia u omisión de las desapariciones forzadas, las extorciones, los crímenes dolosos y el robo con violencia. Y que tampoco será llamado a rendir cuentas
Sin querer ser positivamente negativo, ni contradecir a los que creen que en estos dieciocho meses del gobierno de la alternancia habrá “ajuste de cuentas”, me reservo el derecho de creer que los malos sean llevados a cárceles de alta seguridad; a menos que, como sentencia don Javier, el nuevo inquilino del Palacio de Gobierno tenga altura de mira, y no se quede solamente en balandronadas y amenazas. Yo le agregaría que sea un estadistas que estén a la altura de las circunstancias; con hombría para enfrentar/resolver los problemas que la dinámica social/económica presente; templado y prudente en la toma de decisiones.
Comentario Breve
La alternancia en el gobierno de Veracruz revive la esperanza de que lleguen nuevas ideas y propuestas en el diseño de las políticas culturas. El hombre/mujer que acupe la dirección del Instituto Veracruzano de Cultura, debe ser capaz de rescatar del letargo que en los últimos años ha vivido lo artístico y cultural; tener la sensibilidad para abordar la inter, multi y transculturalidad desde un enfoque global; abrir espacios de diálogo entre las diversas expresiones artísticas; construir nuevas rutas estéticas con base en la diversidad.
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