Héctor Yunes Landa, hombre probo e íntegro, lleno de entereza y hombría, salió como los machos, a reconocer la derrota. Derrota que como ya todos sabemos, se debió al pesado lastre que representaba Javier Duarte. Por otro lado, sin reponerse del dolor de la derrota, el aún presidente de la Legislatura, Juan Nicolás Callejas, apuntaba que la derrota del PRI sólo es parte de un reacomodo social global, que no fue por culpa del mal gobierno de Javier Duarte.
Por favor, si ya el mismo Ricardo Ahued y el mismísimo Pepe Yunes han declarado que la derrota se le debe a Javier Duarte. Así las cosas, por cierto, si alguien tiene una brújula que ya no ocupe, sería bueno que se la regalaran a estos distinguidos miembros del Congreso local, que siguen viviendo en el desgraciado país de Duartelandia. Bueno, ¿y por qué defienden a Javier Duarte? Porque ellos fueron cómplices.