Los Yunes no dejaran pasar a Duarte

Héctor Yunes Landa y Miguel Ángel Yunes Linares
- en Opinión

Édgar Hernández* / 

¡En ciernes un mega fraude electoral, una elección de estado!

Terminan las campañas políticas.

Con fórceps el Duartismo empuja al moreno de Morena, Cuitláhuac García. Lo posiciona con carretadas de dinero y juegos de artificio.

Le ponen a disposición el aparato y fingen que están con todo con Héctor Yunes Landa, a sabiendas que el propio Héctor sabe que no es así al verse sujetado con camisa de fuerza por la vía de la imposición de equiperos que detesta y aspirantes a diputados locales con la consigna de jugarle las contras.

Sin embargo, en este juego de poder no todo está escrito, ni Duarte tiene la última palabra.

Un discreto diálogo. Un acuerdo político. La consigna de que no se anule la elección bajo ninguna circunstancia y que sean las urnas las que manden es el armisticio al que llegaron Miguel Angel Yunes Linares y Héctor Yunes Landa.

Quien gane a la buena habrá de reconocerlo la parte perdedora.

No se impugnará lo que no haya lugar. Tampoco se avalará la anulación de la elección para dar paso a un interinato a modo de Javier Duarte con un nuevo candidato a modo de Fidel Herrera Beltrán.

Tanto para Héctor como para Miguel Angel es el último juego de su vida y buscarán legitimarlo con dignidad y en estricto apego al mandato ciudadano.

Están ciertos que es una carrera con un final de fotografía entre dos con un tercero inflado.

Estamos hablando de la Real Politik.

Es la pelea de las tribus, las que tienen el mismo origen, la misma raíz. Están los tradicionalistas, viejos priistas, encarnados por Andrés Manuel López Obrador, herederos del cardenismo.

Están los duros cuya bandera la enarbola, el ex priista Miguel Angel Yunes Linares, en un tan raro como interesado maridaje con la izquierda vendida al gobierno, el PRD.

Y están los renovadores que van a la vanguardia con Héctor Yunes Landa. Los mismos que buscan el cambio y el afianzamiento de una estirpe política, de políticos-políticos, que encabeza Manlio Fabio Beltrones.

Es, en efecto, la lucha por el poder… pero con sus asegunes.

La federación bien sabe que si el “Peje” gana Veracruz el 2018, se pone en serio riesgo la república. Ya no solo será la Ciudad de México y el Estado de México los enclaves, sino la tercera reserva electoral que pasaría a manos de los morenos con todo el dineral del mundo.

Es en esa tesitura que la prioridad será mantener la supremacía priista en la plaza, misma que si gira en torno a la alianza PAN-PRD producto del voto masivo –en el INE se calcula que más del 70 de los veracruzanos acudirán a votar- es posible llegar a un principio de acuerdo y negociación permitiendo a Yunes Linares ponga tras las rejas a Javier Duarte y su grupo.

Todo es negociable.

En un segundo escenario, es posible que Héctor Yunes Landa, una vez con la gubernatura en la bolsa, tenga el mando, la fuerza y respaldo del centro para castigar a Duarte y sus secuaces… pero si es Morena la federación se irá con todo contra el gran traidor que por salvarse y pretender impunidad, entregó al “Peje” el poder, abriendo una fisura difícil de cerrar para el 2018.

Falso que Morena vaya a proteger al gobernador saliente Javier Duarte, quien antes de que concluya su mandato verá en su horizonte un juicio político de parte de la misma bancada priista, una solicitud de licencia y antes del primero de diciembre en el vómito negro tras las rejas.

Terminan las campañas.

De manera, si no natural sí a conveniencia, se sucede la operación cicatriz entre la familia Yunes que si bien se lastimaron –más a Miguel Angel- se abre un horizonte de participación familiar en el juego de poder.

Y es que el juego, este juego, no se agota el domingo 5 de junio.

Esa misma noche arranca con todo Pepe Yunes. De la mano de la renovación municipal va en pos de la sexenal. Sabe que gane Miguel Angel o Héctor tiene boleto de primera para participar en el proceso sucesorio ya que él forma parte del staff sucesorio del 2018, mismo que habrán de respetar los Yunes hoy en contienda.

Miguel Angel Yunes Linares bien sabe que trae un compromiso de vida con don José Yunes, padre de Pepe Yunes y que si bien muere porque sus hijos entren a la puja por la gubernatura sexenal a partir del 2018, también lo es el respeto a las reglas de juego y la gobernabilidad que le va a permitir el centro si no le entra al diálogo.

Para Miguel Angel cumplir sus sueños de ver en la cárcel a los saqueadores de Veracruz y pasar a la historia de Veracruz como el mejor gobernador de los últimos tiempos, le será dado.

Para Miguel Angel librar el alud de acusaciones en su contra, unas ficticias otras muy reales le será de gran alivio cuando se retire de la política… y para Miguel Angel que sus hijos sigan participando a nivel federal y estatal será para de un juego redondo que viene acariciando desde hace décadas.

El caso Héctor es menos complejo, pero igual de intenso.

Con una vida de lucha política. Con más de 40 años de perseguir un sueño soportando lluvias, lloviznas y chaparrones. Burlado, vejado, lastimado hasta en sus exiguos bienes materiales y financieros, ser gobernador es el cierre triunfal de un largo peregrinar.

Al igual que a su primo hermano le tocó vivir un lidiar con la pareja infernal Fidel-Javier. Soportar todas sus burletas, las “fideliñas” como odiosamente las autocalifican. Engaño tras engaño y cargos de medio pelo para tenerlo entretenido han sido parte de su larga vida de espera.

Los astros, sin embargo, un día se le acomodaron de tal suerte que ya mismo está a un paso de ser gobernador llevando tras de sí una carga de experiencia, sabiduría y ganas de dejar huella.

A Cuitláhuac García es difícil desasociarlo.

Es la botarga del Peje. El nuevo “Juanito” de Morena. El mismo que acató y seguirá acatando el mandato del Tlatoani. Es el “Ratón” Macías que “¡Todo se lo debo a mi manager!”, con un gran mérito: ponerse al tú por tú con los pesos pesados, con los de las grandes ligas ante quien hizo un papel sumamente digno, medio enredado, pero digno.

Veracruz pues, se apresta a vivir en las próximas horas una jornada inédita.

Veracruz va en pos de su futuro. El dilema es saber si estamos dispuestos a salir a votar el próximo domingo.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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