Arturo Reyes Isidoro / Extraña, extrañísima la ausencia ayer del gobernador Javier Duarte de Ochoa en la ceremonia oficial por el 74 aniversario del Día de la Marina en la explanada de la Gran Macroplaza del Malecón del puerto jarocho.
Que se sepa, tampoco acompañó al presidente Peña Nieto en la ceremonia que por la fecha encabezó en el puerto de Manzanillo, Colima.
Si un estado del país tiene tradición marítima y su historia está vinculada al mar, ese es Veracruz, que además cuenta con tres puertos de altura: Tuxpan, Veracruz y Coatzacoalcos, con una escuela mercante y con la Heroica Escuela Naval Militar de Antón Lizardo.
No se entiende la historia de la defensa de la soberanía del país sin la defensa que hicieron en 1914 del puerto, la entrada entonces a México, los cadetes de la Heroica Escuela Naval encabezados por Virgilio Uribe y José Azueta, quienes combatieron al invasor norteamericano.
Hoy día, en mucho el estado no ha terminado en manos de la delincuencia organizada gracias a los elementos de la Marina-Armada de México que hace la labor de policías y que sí son confiables.
¿Qué poderosa razón tuvo entonces el gobernador para no honrarlos acompañándolos ayer en su ceremonia?
La forma sí es el fondo. Aparte de la ausencia de Duarte de Ochoa, lo que sorprende es el nivel de representación que tuvo, de tercera, o de quinta, en la persona del Secretario de Turismo, Harry Grappa Guzmán.
¿Ese es el concepto que tienen de la Marina en el Gobierno del Estado? ¿Por qué no, en todo caso, el Secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, como lo dictaba el protocolo? Ya en última instancia, ¿el Subsecretario de Gobierno, Genaro Mejía de la Merced?
Que se sepa, el gobernador no tiene mucho que hacer públicamente por ahora debido a la veda electoral y porque es respetuosísimo de la ley y para nada se involucra en el proceso electoral y menos a favor de un partido como para pensar que está muy ocupado.
Incluso leí una nota de la reportera Alejandra Herrera Gómez, a quien también le extrañó la ausencia del mandatario no obstante que, apuntó, ya había recibido la autorización del Organismo Público Local Electoral (OPLE) para que asistiera.
Que se sepa también, su gobierno termina hasta el último minuto del próximo 30 de noviembre, dentro de cinco meses, como para pensar que ya tiró el arpa y por eso no fue.
¿O es que acaso no lo invitaron los marinos a que los acompañara?
No quiero entrar en el terreno especulativo ni caer en el sospechosismo, pero el martes, por un percance que tuvo mi hija Ingrid fui a parar al Hospital Ángeles.
Ahí estaba cuando al iniciar la tarde de pronto llegaron, en forma muy discreta, las camionetotas blancas con el logo distintivo del convoy y de los escoltas del gobernador.
¿Alguna indisposición de salud? ¿O se trataba de alguien de la familia? ¿O sólo fueron a visitar a alguien? Como dicen los italianos, o los argentinos, chi lo sa (quién sabe). Lo cierto es que en el último año de su mandato, en la última oportunidad que tenía para hacerlo como gobernador, Duarte no estuvo en la ceremonia oficial por el Día de la Marina.
Parejos, coinciden Excelsior, Reforma y El Universal
“Prosa aprisa” empieza a circular de lunes a viernes normalmente entre 9:30 y 10:00 de la noche en las redes sociales. No incumplo con la ley electoral que prohibe difundir encuestas a partir del jueves, porque además no lo estoy haciendo, sino que comento los resultados de las últimas que se dieron a conocer ayer en grandes diarios nacionales cuando la ley lo permitía, o sea, que son del dominio público desde el martes y que están en sus portales. Sin embargo, dejo a criterio de los editores que me publican si la incluyen en sus ediciones impresas del jueves o la suben a sus portales. En todo caso, la responsabilidad del contenido es totalmente mía. Hecha la aclaración, sigo:
De aquí al domingo por la tarde noche cuando tengan ya sus resultados, los punteros candidatos a la gubernatura se van a quedar sin uñas de las manos de tanto mordérselas de nervios.
El martes fue Excelsior y ayer Reforma y El Universal (los tres están entre los grandes periódicos referentes impresos y digitales del país) los que coincidieron en dar un empate entre Héctor Yunes Landa (PRI), Miguel Ángel Yunes Linares (PAN-PRD) y Cuitláhuac García Jiménez (Morena), de acuerdo a los resultados de sus encuestas, publicadas en el último día en que la ley electoral se los permitía.
Ayer publiqué que Excelsior les dio un 31% de preferencia electoral parejo a los tres. Reforma, con un gran despliegue en la parte superior llamativa de su portal le dio 31.7% a Miguel Ángel, 30.8% a Héctor y 29.6% a Cuitláhuac, un verdadero empate técnico, mientras que El Universal puso arriba a Cuitláhuac con 32% y a Héctor y a Miguel Ángel pegados atrás con 31% los dos. En promedio, sería de 31% igual para los tres. Verdaderamente cardiaco.
Será muy alta la votación
Ayer también destaqué un dato que, dije, para nada se debe desdeñar: que la encuesta BGC-Excelsior arroja una cifra de 73% de electores que están totalmente seguros o que creen estar bastante seguros de que van a ir a votar, un porcentaje muy elevado que aun puede crecer si se deciden a hacerlo los indecisos, por lo que será copiosa la votación del próximo domingo.
En la encuesta de ayer de El Universal 60.6% de los electores dijo estar muy seguro de ir a votar y 25.4% respondió que es poco seguro pero que sí puede que vaya a sufragar, que si lo hace entonces sería en total el 86% el que lo haría, algo que nunca antes ha ocurrido en la historia de Veracruz (ayer en un video difundido en redes sociales, Andrés Manuel López Obrador dijo que si vota más del 60% del padrón, van a ganar). Con otro detalle: sólo el 29.4% dijo estar seguro de votar por el partido o el candidato que ya eligió, y el 51.0% dijo que todavía podría cambiar su decisión.
En la encuesta de Reforma 25% de los encuestados no mostró preferencia, por lo que sigue siendo una buena reserva, y algo que puede influir negativamente en contra del candidato del PRI es que el 83% de los entrevistados desaprueba el trabajo del gobierno de Javier Duarte de Ochoa y el 72% el del presidente Enrique Peña Nieto.
Y algo que, a mi juicio, no se puede perder de vista. Reforma les preguntó: “¿Usted piensa que debe cambiar el partido en el gobierno?”, y la respuesta fue contundente: 79% dijo que sí, y ante otra pregunta: “¿Por cuál partido nunca votaría?”, el 38% dijo que por el PRI, el 12% que por el PRD, y el 7% por Morena y por el PAN.
Oportuna refrescada de memoria
Ante la fantochada electoral de Fidel Kuri Grajales de que se llevaría del estado al equipo de futbol profesional Tiburones Rojos de Veracruz si gana la gubernatura el panista Miguel Ángel Yunes Linares, Miguel Ángel Barragán, un viejo y estimado compañero reportero, le refrescó la memoria ayer en el portal alcalorpolitico.com.
Le recordó que el Gobierno del Estado no sólo es propietario del estadio “Luis Pirata de la Fuente” y las instalaciones que lo integran, sino también de la marca que incluye en términos de la legislación federal aplicable el nombre y el logotipo “Tiburones Rojos de Veracruz” así como los demás derechos que conforme a la normativa aplicable correspondan.
Rememoró que por ello, en diciembre de 2015 la LXIII Legislatura estatal autorizó al Ejecutivo del Estado a “otorgar en comodato” tanto el estadio y la marca en favor de la empresa Promotora Deportiva del Valle de Orizaba A.C., que representa Kuri Grajales, por lo que de desistir éste en seguir utilizando el estadio así como la marca, el Gobierno del Estado retiene lo que es de su propiedad para otorgarlo también en comodato a cualquier empresa que esté interesada en tener en la entidad veracruzana un equipo de futbol de primera división (Gaceta Oficial del Estado, número extraordinario 512 de fecha 24 de diciembre de 2015).
Lo cierto es que si gana Miguel Ángel, por fin se aclararían los turbios arreglos entre el Gobierno y Kuri, a quien le están regalando muchas cosas para que haga negocio, pero con dinero que sale del erario público, esto es de lo que pagamos los contribuyentes.
Las cifras de un lector
Se identificó como “GMO ROSARIO” y me escribió ayer temprano por la mañana. Seguramente por las cifras de las votaciones de hace seis años que publiqué ayer, me hizo su propio análisis electoral “casero” (muy bien hecho para ser casero), al que le puso el logotipo del PRI, del comportamiento electoral de 2012 a 2015.
De acuerdo a una gráfica muy bien diseñada, por los números más recientes de la elección del año pasado, a la alianza PAN-PRD no le alcanzarían sus cifras para ganarle al PRI y sus aliados. En 2015 el PAN obtuvo una votación de 547,166 votos y el PRD 279,799, para sumar un total de 826,965. El PRI alcanzó 723,037 sufragios, el PVEM, 196,032, y el Panal, 59,171, que sumarían un total de 978,240 votos, una diferencia de 151,275 votos.
El año pasado ya irrumpió Morena, cuando al participar por primera vez alcanzó 313,162 votos, muy buenos para ser la primera vez. De ahí, por los porcentajes que hoy se manejan, sólo ha sido crecer y crecer. En esa lógica, como me apunta, ganaría el tricolor, pero más vale esperar de aquí al domingo. Otro día volveré a su análisis porque muestra muy bien el desplome que desde 2012 han tenido el PRI y el PAN.
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