Y es que el problema no es que un perredista cambie de camiseta, hay muchos casos de políticos chapulines que ya no extraña a nadie, lo indignante es que sujetos acusados de abuso sexual de menores, apenas salen de prisión, se vuelvan a incorporar a la política, aunque no extraña a muchos este caso, dada la mala fama que carga la familia García Escalante.
Hay que recordar que a Celestino Rivera lo sorprendieron en mayo de 2011, en un motel de la ciudad de Tantoyuca, abusando a un niño de 12 años que trabajaba como limpiaparabrisas en una gasolinera, al que subió a su vehículo prometiéndole trabajo. En junio de ese mismo año, se le dictó auto de formal prisión por el delito de pederastia en agravio de un menor. A ver que tanto afecta que a la campaña de Rodrigo García Escalante se le sume un pederasta.