Jorge Flores Martínez / Es lamentable, por lo menos para los Fieles-Prosperos que después de doce años de ejercer “todo el pinche poder” tengan que recurrir como estrategia de supervivencia a perder para no perder y es que lo ocurrido en las últimas semanas delata la intención y la estrategia de forma burda y obvia.
Los prosperos tenían claro que les era imposible incrustar a su candidato a gobernador y armaron la patraña de la posible candidatura de Alberto Silva, nunca con la intención real de construirla, solo fue el método de presionar posiciones para los suyos y debilitar al oponente al sentir que entraba en territorio enemigo. Como estrategia paralela, incrustados en posiciones clave dentro de la oposición estaban los esquiroles a la tarea de torpedear cualquier candidatura ajena a sus pretensiones y además, como dicen que más seguro más amarrado, inventaron una serie de candidatos “independientes” y candidatos acarreados.
La primera opción era la candidatura independiente de Gerardo Buganza, que por lo vulgar y obvio no cuajo como esperaban y prefirieron abandonarla, se trataba de un sujeto que por su implicación en la fidelidad-prospera era imposible o por lo menos muy difícil construirle un perfil independiente y ciudadano. Como segunda opción estaba Bueno Torio, otro independiente dependiente del erario. Estrategia pobre y burda de nuevo.
Después vino la intención de dinamitar la alianza PAN-PRD, delegados esquiroles de lo más oscuro de palacio de gobierno con la tarea de impedir a cualquier costo que esta alianza se concretara.
Al mismo tiempo, en los partidos enanos colocaban a dos expanistas como candidatos, tenemos al Pipo y a Alba Leonila, curiosamente con la artillería dirigida al candidato opositor a Duarte y Fidel. Primera vez que candidatos de oposición forman un muro defensivo al partido en el poder, cosas de la democracia mexicana.
Una de sus ultimas cartas es la más riesgosa y extrema, acordar con López Obrador una alianza inconfesable, apoyar a Cuitláhuac con la intención de arrebatarle votos al candidato del PAN-PRD, se trata de convertir esta elección en una de tercios, donde las diferencias entre primero, segundo y tercer lugar sean manipulables y perfectamente manejables en las urnas y en el resultado electoral deseado, cualquiera que este sea.
Esta estrategia tiene el atributo de la ingobernabilidad, en cualquier escenario el resultado será el mismo, si gana Héctor, Morena saldrá a la calle movilizando a sus contingentes a denunciar fraude electoral, la moneda de cambio será te dejamos gobernar mientras tu no intentes nada contra nosotros, olvídate de lo de cárcel a los responsables del desfalco y nos entregas las posiciones que exigimos.
En caso de que gane Miguel Ángel la respuesta será la misma pero con mayor intensidad, intentarán que la agenda política sea la legitimización del resultado electoral y sea imposible abordar cualquier otro tema durante los dos años de gobierno. En estos casos el riesgo de chantaje político disminuirá en la misma medida que la diferencia de votos sea mayor, cualquier discurso de fraude electoral se diluye después del 5% de ventaja. Así también los primeros cien días de gobierno deberán ser intensos políticamente, se tratará de imponer agenda en todo momento y circunstancia.
En el caso de que gane Cuitláhuac, no veo a Héctor o a Miguel Ángel en la calle gritando durante dos años “voto por voto, casilla por casilla”, después de todo se trata de un partido de oposición que ganó una elección “competida” en un ambiente adverso. Difícil de vender la idea de fraude, por no decir insostenible. En este escenario de Cuitláhuac gobernador, es donde radica la idea de la negociación inconfesable, en el 2018 no será difícil encontrarnos en la boleta electoral a un Herrera para gobernador, total ya vimos a un Manuel Bartlett en puebla.
Es un error creer que López Obrador representa la izquierda en México, él solo se representa a si mismo, cualquier idea de nacionalismo simplón siempre será en detrimento de la libertad del individuo. En este momento la izquierda mexicana esta prácticamente abatida y es donde puede ser posible la idea del complot de destruir a la izquierda desde la misma izquierda y donde López Obrador ha sido más un negativo que un positivo. Las teorías del Complot no siempre son tan absurdas como parecen.
Al haber incluido a López Obrador en la ecuación de la elección en Veracruz no es difícil pensar en la anulación de las elecciones, son muchos los protagonistas, la federación no será un simple espectador y Héctor seguramente no tiene la intención de pagar la factura de la posible derrota él solo.
Comentarios