La diferencia entre un servidor público real y uno que más bien se sirve del público se notó el fin de semana cuando un grupo de periodistas desayunaba con el senador José Francisco Yunes Zorrilla. En el mismo restaurante donde desayunaba se apareció Roberto López Santoyo.
En ocasiones anteriores en este portal se denunció la prepotencia de este funcionario público del área de Tránsito del Estado. Cuando López Santoyo llegaba a ese asadero frente al Teatro, apostaba a dos hombres armados en la entrada del restaurante y a otros dos en el estacionamiento. ¡Así sería su miedo! Esta vez no apostó hombres en la entrada, pero sí llegó con hombres armados al lugar. Unos se quedaron en el estacionamiento vigilando y otro lo acompañó dentro del restaurante; se le notaba la pistola fajada en la cintura.
López Santoyo también iba a desayunar con periodistas, con otro tipo de periodistas. Cabe mencionar que el senador Pepe Yunes llegó al restaurante solo. Sin guaruras armados ni nada. En la mesa ya lo esperaban tres de los periodistas invitados y su asistente particular, Pepe Benítez, quien por cierto platicó con ellos sobre los días en que era secretario particular de la señora Sonia Sánchez de Chirinos.
Pepe Yunes, a pesar de ser senador de la República, presidente de la Comisión de Hacienda en el Senado, siempre ha mantenido esa sencillez que es propia de un funcionario que sabe que su servicio está para con los ciudadanos veracruzanos, no como otros que se han hecho ricos sirviéndose de los ciudadanos; ¿o no es así López Santoyo?
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