Todavía por ahí alguien le contesta a Rosalinda: «No hay día de nadie , para los políticos que nos gobiernan los festejos se terminaron hace varios años, son tan miserables que les pagamos las comidas de sus cumpleaños y fiestas privadas, la boda de sus hijos, sus viajes y hasta la comida de sus casas sale de nuestros impuestos, no se diga la colegiatura privada ,las gasolinas y un gran etcétera, los nuevos zares están en la política y espero algún día ver con mis propios ojos que todo esto termine».
En pocas palabras todos coincidimos que este gobierno no tiene madre.