Después de escuchar el discurso de Corintia Cruz Oregón, candidata del PRI a la diputación por el distrito de Xalapa urbano, uno entiende por qué debe de ser sacrificada. La señorita maneja el mismo discurso gastado de otros candidatos, donde pondera su origen, su amor por su tierra y de pilón su amor por la Universidad Veracruzana de la que se dice egresada.
Por cierto, en ningún momento hemos escuchado una declaración de Corintia defendiendo a la UV. Sus propuestas se escuchan falsas, sin sustento; ofrece cosas que ni siquiera están en el alcance de un legislador local. Luego esas bardas pintadas donde la llaman “la güerita que ayuda”; esas son mamarrachadas.
Por otro lado, Corintia Cruz Oregón lleva como contrincante a Uriel Flores, el candidato de las mesas de café, pero un candidato de muchas batallas, algunas perdidas pero otras bien ganadas.
Si a todo esto sumamos la animadversión que los xalapeños sienten por los candidatos del PRI, entonces podemos asegurar que si le va bien Corintia podría quedar en tercer lugar, porque aunque la candidata de Morena ni siquiera se ha aparecido, por el arrastre de ese partido en la capital veracruzana, donde en la elección presidencial en ninguna casilla ganó Peña Nieto, hasta en ausencia la candidata de Morena le podría ganar.
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