Casa Veracruz necesita un filtro, uno que no deje pasar la estulticia por esa puerta enorme; un filtro que detenga todas las estupideces que se le ocurran a los asesores de Javier Duarte y de la señora Karime Macías de Duarte.
Lo decimos porque una persona sensata, centrada y equilibrada, difícilmente dejaría pasar la ocurrencia de vestir a Javier Duarte de jarocho, a Karime de jarocha y a los pequeños Duarte-Macías de jarochitos.
Salvo por los niños, quienes se ven preciosos, Karime y Duarte provocan a burla y no a respeto. ¿Ya se darían cuenta de la madriza que recibieron en las redes sociales? Y luego eso de que «Dios duerme en Veracruz».
Bueno, ¿quién, díganos quién es el imbécil al que se le ocurren esas frases? ¿Su nombre empezará con Alberto y terminara con Silva? Porque el Cisne ya nos ha demostrado que ese tipo de ocurrencias, como el de hacer la prueba de embarazo a las candidatas, son las que pasan por su cabeza.
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