Esta cláusula eximiría a la empresa de cualquier responsabilidad y con ello evitaría pagar los daños y las indemnizaciones de las personas que perdieron la vida. La cláusula de fuerza mayor opera cuando ocurre una tragedia que no se puede evitar y tampoco se puede prever.
Estamos hablando de desastres naturales o incluso guerras. Pero en el caso de la planta Clorados III existen testimonios de que la explosión no se debió a ningún desastre natural ni a ningún misil que haya explotado ahí, fue falta de mantenimiento, es decir negligencia pura.
Sin embargo, el Gobierno Federal, junto con los técnicos y abogados de Mexichem, están preparando el escenario para que la cláusula de fuerza mayor pueda aplicar y así liberarse de cualquier responsabilidad.
¿A poco los familiares y la gente de Coatzacoalcos van a dejar que se salgan con la suya?