Filiberto Vargas Rodríguez / Vaya desde este espacio un mensaje de solidaridad a las familias que en el sur de Veracruz se vieron sacudidas, una vez más, por un trágico accidente en el complejo petroquímico de Pajaritos.
Vaya también un justo reconocimiento a los elementos de Protección Civil, de los tres órdenes de gobierno, que reaccionaron con prontitud y eficiencia. Este es un tema del que podemos presumir en Veracruz: Compromiso y alerta en tareas de rescate.
El gobierno del estado se mantiene atento para apoyar a los afectados y aplicar protocolos de coordinación. El jueves, el gobernador Javier Duarte ofreció conferencia de prensa desde sala de Cabildos del ayuntamiento de Coatzacoalcos, para informar que se colabora con el Gobierno Federal y con Pemex para respaldar a quienes perdieron a un ser querido y a los trabajadores heridos.
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Miguel Ángel Yunes evade el fondo del tema. Se va por la salida fácil. Retoma la postura de su declarado enemigo político (Andrés Manuel López Obrador) y grita a los cuatro vientos que es víctima de un “compló” en el que se confabulan todas las fuerzas del mal.
Pero nada dice del origen de su fortuna. Nada dice de los negocios de su próspero hijo, Omar Yunes.
El periodista Luis Soto, especialista en temas financieros, aporta un dato que no es menor. Cuenta que en su paso como director del ISSSTE, allá por 2007, a Yunes Linares se le conoció como el “Wolfowitz mexica”.
Paul Wolfowitz cobró fama cuando presidía el Banco Mundial y se hizo público que su pareja sentimental, Shaha Riza, también empleada de ese organismo, había recibido importantes aumentos de sueldo, en violación a las reglas de la organización, tras llegar Wolfowitz a la presidencia.
En abril del 2007 la Asociación de Empleados del Banco Mundial pidió la dimisión de Wolfowitz ante la sospecha de que había incurrido en actos de corrupción, reclamo que respaldó el Parlamento Europeo. El Banco Mundial abrió una comisión investigadora a través de la Comisión de Ética que concluyó que Wolfowitz había violado las normas del Banco. El 17 de mayo de 2007 los directores ejecutivos reconocieron la necesidad de que Wolfowitz dimitiese.
Algunas similitudes hay con el hoy candidato, por segunda vez, al gobierno de Veracruz.
En junio del 2011, la entonces dirigente del sindicato nacional de maestros, Elba Esther Gordillo confirmó en una conferencia de prensa la existencia de un “arreglo político”, suscrito en 2006, con Felipe Calderón, a cambio de que integrantes de su grupo político fueran colocados en puestos públicos.
Una vez que asumió la Presidencia, Calderón incorporó a su gabinete a Miguel Ángel Yunes (en la dirección del ISSSTE); a Roberto Campa (en la secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad Pública) y a Francisco Javier Yáñez (en la dirección de la Lotería Nacional) todos ellos personajes muy cercanos a la dirigente magisterial.
En esa misma conferencia de prensa, Elba Esther Gordillo aclaró que se deslindaba de los “cuestionados manejos de los recursos” del ISSSTE durante la gestión de Yunes Linares.
Al inicio de la administración de Felipe Calderón, cuando la relación Gordillo-Yunes era óptima, la estructura del SNTE apoyó al político veracruzano en momentos muy complicados, como cuando se aprobó la reforma a la Ley del ISSSTE que modificó el formato de pensiones.
En el 2010 el Partido Nueva Alianza (que aún controlaba Elba Esther Gordillo) acordó una alianza con el PAN para impulsar a Yunes —afiliado a Acción Nacional en 2008—, por la gubernatura de Veracruz. En su campaña, Yunes Linares prometió que de ganar los comicios, la Secretaría de Educación estatal sería dirigida por un maestro.
Yunes perdió ante Javier Duarte del PRI y con ese descalabro comenzaron los desencuentros tanto con el magisterio, como con su lideresa.
La inocultable fortuna del abanderado de la alianza PAN-PRD ya le está generando problemas y, con lo sensible que suele ser al golpeteo mediático, empieza a perder el control.
Este jueves, en entrevista radiofónica que él mismo gestionó con el periodista Ciro Gómez Leyva, Yunes Linares pretendió desviar la conversación y hablar de los bienes que posee el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, cuando el tema acordado había sido la difusión de su versión del reportaje que difundieron Univisión y Televisa, en el que se presenta la grabación de una charla entre él y su hijo, el exitoso empresario Omar Yunes, acordando la compra de un inmueble en Nueva York, con valor de 58 millones de dólares.
Ciro Gómez Leyva lo conminó en varias ocasiones a que retomaran su tema, pero el candidato al gobierno de Veracruz insistía en salir por la tangente.
Al final, no le quedó otra salida al comunicador que cortar la llamada y exhibir el abuso que pretendía cometer Yunes Linares.
“Llama para decir que quiere precisar una cosa y se quiere servir de otra, y va a decir que son los vicios del PRI, seguramente va querer meter al gobernador Duarte, un abuso de un personaje“, se lamentó Ciro Gómez Leyva.
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