Prioridad en los pagos

Dinero
Antonio Gómez Pelegrín y Javier Duarte de Ochoa
- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / La deuda del gobierno de Veracruz es de tales dimensiones que ya no hay forma de ocultarla. Los únicos acreedores que reciben con puntualidad inglesa sus «abonos», son las instituciones bancarias, pues al concederle créditos al gobierno estatal se aseguraron de que los pagos se hicieran afectando una fuente segura de ingresos, como las participaciones federales.

Los otros, los proveedores, los contratistas, los maestros, los jubilados, los burócratas y cientos -o miles- de acreedores más, viven en la zozobra, pues nadie les da una fecha de pago, ni esperanzas de que esos compromisos serán saldados.

Los más optimistas esperan la llegada de un nuevo gobernante que los rescate de la ruina.

Hace unos días el empresario Ernesto Pérez Astorga, Vicepresidente de la Región Sur de la Confederación de Cámaras de Comercio, hizo un apunte que no se debe pasar por alto. Dijo que la de Veracruz no es la única administración estatal que enfrenta problemas de adeudos con las cámaras empresariales, y señaló sólo como ejemplo el caso de Chiapas, donde de forma cotidiana se presentan manifestaciones de protesta por los pasivos que tiene el Gobierno con sus contratistas.

Incluso a nivel federal este fenómeno se presenta con mayor frecuencia de lo que nos pudiéramos imaginar.

Tan sólo hace un mes el Director General de Pemex, el veracruzano José Antonio González Anaya informó que esa empresa contrató una nueva línea de crédito con la banca de desarrollo para pagar a sus proveedores y anunció que se le daría prioridad a las Pequeñas y Medianas Empresas.

Aunque la mayoría de los comentarios sobre esta medidas fueron negativos, por el hecho de que el nuevo titular de Pemex haya recurrido, a unos cuantos días de su llegada, a la contratación de un nuevo crédito, el analista de El Financiero, Eduardo Torreblanca mostró una cara distinta de esa decisión:

«Nadie hizo énfasis en que al cumplir sus compromisos, aunque tarde, Pemex evita un cierre de empresas y la cancelación importante de plazas de trabajo de esas mil 300 empresas que representan el 85 por ciento de los adeudos de la empresa productiva del Estado».

Torreblanca revela un fenómeno que se ha enraizado en la actividad económica del país, y que tiene especial relevancia en el sector público. Advierte que la disyuntiva del “debo, no niego, pago no quiero” ha acabado de expresarse como un “modelo” de negocio en el que el pagar con dilación es parte clave del funcionamiento del “modelo”.

Y señala que así lo han hecho no sólo los gobiernos de los estados, sino en mucho también gobiernos en distintas expresiones de responsabilidad.

En el sector privado no es muy distinto. Una cadena de supermercados paga a 91 días y en el camino tiene una suerte de cartas de descuentos sorprendentes y prácticas de “moches voluntarios” que lesionan la salud financiera de las pequeñas y medianas empresas.

Hoy por hoy los empresarios en Veracruz tienen claro que el gobierno estatal no tiene forma de pagarles y la presión que ejercen tiene como único fin el de evitar que los pasivos se turnen al archivo muerto. Si no es hoy, será mañana, si no, dentro de un año, pero ellos no pierden la esperanza de cobrar.

El gobierno estatal,  mientras tanto, sigue en la búsqueda de recursos adicionales para liberarse del mayor número de compromisos posible, pero lo hace con una visión más pragmática. Atiende con mayor celeridad a los sectores que le significan algún beneficio, o por lo menos que le provocan mayores dolores de cabeza.

Si dispone de una suma para amortizar su deuda, el gobierno dará prioridad al pago de sectores como los pensionados, o la Universidad Veracruzana, incluso los medios de comunicación, antes que los constructores o los proveedores, quienes soportan la tardanza en los pagos, con la esperanza de que en algún momento les cumplan, pero además que les mantengan la relación comercial.

Una vez concluido el asueto de semana santa, arrancando el mes de abril (por coincidencia, justo cuando inician formalmente las campañas por la gubernatura) el Gobernador Javier Duarte estatal habrá de anunciar medidas para abatir su pasivo circulante y anunciará ajustes en su equipo de colaboradores.

Ojalá no sea demasiado tarde.

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