¿Quién debe más?

- en Opinión

Filiberto Vargas Rodríguez / Dicen que “mal de muchos es consuelo de tontos”, pero a las autoridades de Veracruz les debe haber vuelto el alma al cuerpo cuando se percataron de que no es ésta la única entidad señalada por la grave crisis financiera que atraviesa.

En el Congreso federal, durante la discusión y aprobación de la nueva ley para la disciplina financiera de las entidades, los legisladores del PRI y del PAN cruzaron reclamos por los excesos de endeudamiento en los estados de Coahuila, Veracruz y Puebla.

El ataque lo abrió el PAN, a través de Herminio Corral Estrada, quien resaltó las bondades de la nueva legislación que, aseguró, da respuesta al clamor de los mexicanos que en sus estados y municipios denunciaron malos manejos, endeudamiento indebido y negocios ilícitos.

Y dio un ejemplo:

– “Humberto Moreira, que acabó con la esperanza, la tranquilidad y el futuro de las próximas generaciones en Coahuila”.

Apenas había concluido la frase, cuando se escucharon varias voces, provenientes del sector panista:

– “¡También Veracruz!”.

Corral Estrada retomó los gritos y los incorporó a su discurso:

– “Sí, Veracruz también”.

Ante la ausencia de argumentos para defender a sus correligionarios, la bancada priista optó por responder golpe con golpe.

Jorge Estefan Chidiac aclaró que si había una deuda preocupante, esa era la del Estado de Puebla, porque el gobierno de esa entidad oculta que tal deuda ha llegado a 70 mil millones de pesos.

Criticó que, a pesar de los llamados que se le han hecho al Gobernador Rafael Moreno Valle para que se transparenten sus finanzas, éste se ha negado y puso sobre la mesa el tema de los fideicomisos privados, mecanismos con los que han hipotecado las finanzas locales.

– “Se reconocen 6 mil millones de pesos en la contabilidad y están ocultando 70 mil millones de pesos en los fideicomisos”.

Bueno, fue tal la guerra de reclamos, que Morena optó por irse en contra del propio gobierno federal.

Vidal Llerenas criticó que mientras a las entidades se les regula la forma de endeudarse, al Gobierno federal se le permite seguir en la discrecionalidad y exceso en la contratación de empréstitos.

Dijo que en la administración de Enrique Peña Nieto el nivel de la deuda nacional llegó ya a los 4 billones de pesos, que es 10 veces más que la deuda de los gobiernos de los estados y municipios.

¿Con qué cara, pues, critica Hacienda a los estados?

El debate da para escribir un libro, pero lo cierto es que el discurso se atora desde el momento en el que no existen parámetros reales, tangibles, para medir la dimensión de las deudas, y ante el vacío informativo, cualquiera se lanza a mencionar cifras sin el menos sustento.

En el caso de Veracruz, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público habla de pasivos que apenas superan los 40 mil millones de pesos, pero supuestos “especialistas en finanzas” de la entidad colocan esa cifra hasta en los 120 mil millones. La diferencia es abismal y a partir de esa sustancial distancia poco se puede hacer para entender la dimensión del problema.

Los veracruzanos saben que el gobierno está “muy endeudado”, porque se han percatado de que cada quince días le cuesta trabajo reunir los recursos para el pago de nóminas y pensiones, porque siguen sin ver obra o inversión pública productiva. Pero no tienen la menor idea sobre el tamaño de la deuda y las obligaciones que ha contraído el Estado para resolverla.

¿Transparencia?

¡Qué va!

Eso no se conoce por estos lares.

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