Édgar Hernández* /
¡Se reconcilian Javier y Héctor!
Al arranque del proceso sucesorio 2016 los grupos se perfilan, las alianzas se retoman y los aspirantes se definen con un ingrediente adicional.
El PRI reconocerá a candidatos externos “cuando su prestigio y popularidad sean superiores al de los militantes al mismo cargo”, según concluye en su sesión extraordinaria el Consejo Político Nacional del PRI.
Así, en la víspera, se anotan para subirse al carro de la Revolución, Alberto Silva, quien en las últimas semanas ha jugado con el no quiero… “¡pero estoy listo para ser el centro delantero!” y Tomás Ruíz, político de oscuro pasado corrupto que se erige como el salvador de Veracruz al asumir el “yo sí haré obras públicas por Veracruz”.
Y en ese escenario se prepara el re-destape de Héctor Yunes Landa –como si no tuviéramos suficientes en el día a día- de parte de Tony Macías, allá en Coatzacoalcos.
El suegro “cómodo” de Javier Duarte habrá de ratificar su simpatía sucesoria por el del Soledad de Doblado manifiesta en una primera instancia el pasado primero de mayo cuando declaró que “Héctor Yunes sería un excelente candidato a gobernador”.
En esa oportunidad precisó que “lo veo desde mi perspectiva, pero también puedo estar acertado, él (Héctor) tiene mucho trabajo, es un hombre de 10 desde que era líder estudiantil”.
Tony Macías se asume como un priista ciento por ciento, aun cuando en el pesado las autoridades de su mismo partido lo mandaron a la cárcel por fraude bancario.
“Lo veo centrado (a Héctor), bien ubicado, de por sí la gubernatura de dos años es un proceso rapidísimo, creo que él lo puede cumplir bien y cabalmente”, definió Macías, quien también tiene ascendencia de Líbano.
Así que hoy, luego de haber hecho las paces Javier Duarte con el de la caña incómoda Héctor Yunes Landa, regresa la luna de miel y el respaldo del papá de Karime Macías.
Ya el mismo “abrazo” entre Silva y Héctor días atrás en el marco de la llegada del nuevo delegado del PRI, Manuel Cavazos Lerma, un político de oscuro pasado, fue el adelanto premonitorio para llevar la fiesta en paz mientras Enrique Peña Nieto decide la fecha del destape.
“Estamos listos para ganar el 2016”, dice el slogan de Héctor, mientras Pepe suscribe: “Pienso libre, decido libre”.
Y ya desde la misma visita el pasado martes a Veracruz del secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, se reconvino a Javier Duarte a bajar la estridencia al proceso sucesorio y el pleito mismo con los Yunes rojos.
“Las divisiones al interior del PRI gestadas por el propio grupo Duartista ponen en serio riesgo la eventual victoria tricolor”, le dijo Meade al gobernador Duarte.
El del Sedesol federal, es el más cercano amigo y aliado de Pepe Yunes y es quien de hecho convence al peroteño de jugar la de dos para en el 2018 garantizar la sucesión presidencial en favor del PRI y de su “gallo” Luis Videgaray, quien es el jefe de ambos.
Así las cosas, la semana que concluye define posturas y marca nuevos derroteros.
En los siguientes días y antes del próximo domingo, el gobierno del estado y su brazo armado, el PRI de Silva, buscarán meter el mayor ruido posible para desacreditar el III Informe de labores del senador José Francisco Yunes Zorrilla, quien ya por lo pronto aclara paradas.
Precisa que, en efecto, se reunió con el gobernador Javier Duarte “mi conflicto no es con la institución gubernamental la cual respeto, sino con el hombre y sus políticas públicas” con quien trató dos temas.
“En primer término y tal como corresponde a su investidura le corrí la atención de invitarlo a mi informe…”
¿Y qué le respondió?
“Bueno, pues él me respondió que más bien yo evaluara la conveniencia de su asistencia… y en segundo lugar me ofreció su apoyo logístico y de patrocinio, propuesta que rechacé”.
¿Pero se habla de que el gobierno coordinará las movilizaciones y el pago del escenario en el WTC de Boca del Río?
“No es exacto. Yo estoy pagando con apoyos externos el alquiler del WTC y no habrá movilización de acarreados. Quien quiera asistir a mi III Informe lo tendrá que hacer por su propios medios o a través de sus organizaciones sindicales, laborales o de partido”.
¿Habrá destape o auto destape el domingo?
“No”.
A Pepe Yunes en la semana que concluyó le han endilgado auto descarte de la carrera sucesoria, que se ha desinflado y que está abajo en las preferencias. Tampoco es así.
Como todo proceso de selección de candidatos y sobre todo cuando se va en la punta, él juega y deja jugar; no le incomoda el abrazo de Silva con Héctor, ni que Tomás Ruíz saque sus spots “de hecho sus promocionales son muy parecidos a los míos”, comenta Pepe.
Tampoco analiza ni discute la estrategia de Héctor “como Héctor no censura la mía” y observa los tiempos políticos con calma, con prudencia, sin aceleres; sin ir más allá de lo que marca el calendario electoral.
Sabe que ya arrancó el proceso sucesorio y que en cualquier momento se iniciará el proceso de inscripción de aspirantes, previo “destape” de parte de uno o de los tres sectores del partido.
“Y eso no será ni antes, ni después”.
Como tampoco habrá de modificarse su meta de alcanzar la gubernatura, siempre aclarando que no la obtendrá a cualquier costo.
Para Pepe Yunes llegar a dirigir los destinos de Veracruz a partir del primero de diciembre del 2016 representará en primer lugar meter orden financiero y también meter a la cárcel a los responsables del saqueo de las arcas públicas.
Significará además regresar la seguridad pública a Veracruz, sentar las bases de desarrollo y garantizar la autonomía a instituciones de transparencia, rendición de cuentas, derechos humanos, protección a periodistas y una fiscalía al igual que una Contraloría General auténticamente autónomas.
El respeto a los poderes será indispensable para gobernar con autenticidad, al igual que sacar adelante tres elecciones en un periodo de 24 meses: la renovación de las presidencias municipales, la gubernatura del 2018 y la sucesión presidencial.
Todo ello en un mini gobierno que se confeccionó para Alberto Silva o Erick Lagos, pero que no cuajó ante el rechazo generalizado a una pretendida Fidelidad de 24 años.
El cambio está por venir.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo