Filiberto Vargas Rodríguez / Un comediante que se presentó en Xalapa el pasado viernes, abrió su show externando una preocupación: “Tengo ya dos horas en esta ciudad y aún no llueve. Si lo que me han dicho de la capital veracruzana es cierto, algo raro está sucediendo hoy”.
Y es cierto. Xalapa es una ciudad con alta incidencia de lluvias durante el año. Sus niveles de humedad son considerables.
El viernes no llovió, pero sí el domingo, y con una intensidad sorprendente.
La Secretaría de Protección Civil había advertido que el clima se complicaría la tarde-noche del domingo, con la entrada del frente frío número 10. Los organismos de rescate se prepararon para auxiliar a la población en caso de que surgieran complicaciones, pero nadie se imaginó que éstas fueran de tal magnitud.
Se dieron registros superiores a los 63 milímetros de agua en poco más de una hora y en diversas partes de la ciudad, así como en municipios aledaños, se reportaron importantes afectaciones.
Los especialistas explican que la intensidad de la lluvia se define como “la cantidad de agua de lluvia que cae, en un punto, por unidad de tiempo” y lo ocurrido en Xalapa la noche del domingo se equipara a las más fuertes de los últimos años.
El reporte preliminar de las autoridades habla de afectaciones en al menos 20 colonias, la inundación de 16 calles y medio millar de viviendas dañadas, un automóvil atrapado, un deslizamiento de tierra, un puente peatonal afectado y un puente vehicular fracturado.
Por fortuna, ninguna muerte qué lamentar.
En una charla reciente con el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga, éste hacía un recuento de las obras y acciones realizadas en lo que va de su administración para solucionar añejos problemas de inundaciones. Lamentó, sin embargo, que la gente tenga poca memoria.
“Hoy hablan de que hubo fuertes lluvias, pero ya no dicen nada de las inundaciones. Éstas se han acabado en muchos puntos de la ciudad, gracias a que se han hecho importantes inversiones en la introducción de drenajes pluviales y en la prevención”, explicaba.
Y es cierto. Xalapa pasó por una de las pruebas más severas de que se tenga memoria, y salvo daños menores (que no se deben dejar de atender) la población superó exitosamente este reto.
Cada uno de estos fenómenos deja lecciones, que no se pueden conseguir de forma artificial o mediante fórmulas científicas. Las intensas lluvias y la fuerza implacable del agua, le dicen a un pueblo lo que se tiene que corregir para atenuar los daños.
Carlos, Hernández, Director de la Comisión Municipal del Agua en Xalapa, señaló que muchas de las afectaciones reportadas este domingo podrán evitarse en futuras lluvias torrenciales, con la conclusión del colector pluvial “Fernando Gutiérrez Barrios”, que ya está en proceso.
Lo que se debe destacar es la oportuna intervención de las autoridades para brindar apoyo a las familias afectadas, y la coordinación entre las corporaciones municipales y las estatales para garantizar la integridad física de los xalapeños.
Dotar de mejor equipo al personal de agua y saneamiento, fortalecer la cultura de la limpieza de alcantarillas y concluir las obras que ayuden a conducir el agua hacia zonas en las que disminuya su impacto, son tareas que deben ser prioritarias para el Gobierno del Estado y el ayuntamiento xalapeño.
Más vale prevenir.
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