Édgar Hernández* /
“Dejádme dos años a Veracruz y ya veremos lo que pasa”,
Pepe Yunes, parafraseando a Rudyard Kilplig
Sabedor de que algo sabe, el aspirante priista Pepe Yunes ya empezó a dibujar cuáles serán sus primeras acciones y con quien se va a apoyar para sentar las bases de un gobierno de transición.
Será un gobierno emergente que permita desterrar de una vez y para siempre las prácticas corruptas y de pernicioso saqueo de las arcas públicas en donde para los hombres de poder no hay culpables.
Ni peces globo, ni charales ha encontrado este régimen de solapamiento y disimulo.
Acaso por ello importante destacar que lo dicho ayer por el senador peroteño en el rancho San Julián de cara a una pléyade de políticos, académicos, periodistas críticos, generales de división, politólogos, economistas, abogados de prestigio nacional veracruzanos, dueños de medios críticos y empresarios que resulta lamentable que “más del 90 por ciento de los delitos de toda índole se mantienen en la impunidad”.
El fin de semana y de cara a la realidad que vive Veracruz se puso de manifiesto el grave deterioro que sufre la vida institucionalidad.
Sin proferir adjetivos calificativos, ni insultar a la institución, se dejó en claro el nuevo gobierno será más allá que un simple relevo administrativo.
Tocaría al propio aspirante Pepe Yunes hacer eco de exigir, conforme a derecho, las responsabilidades administrativas y penales que permitan sentar las bases del saneamiento de la vida pública para así recuperar la confianza y el respeto en la ciudadanía.
La corrupción e incapacidad para gobernar fue el signo de los 30 ponentes en dos sesiones bajo el título “Hacia un gobierno de transición ¿Qué hacer?
Ya el propio doctor Francisco Berlín Valenzuela había destacado en las dos jornadas de participación que “dos años de gobierno son tiempo suficiente para cumplir con los objetivos de democratización con la participación ciudadana. Todo en aras del “rescate de valores”.
Y mismo en una primera jornada de diálogo con Pepe Yunes, el economista Hilario Barcelata había corrido el maquillaje de que la deuda pública alcanza los 77 mil millones de pesos, por más que el gobierno hable de 44 mil 700 millones de pesos.
Presentes la escultora Edith Berlín, severa crítica del quehacer público sustentado en la corrupción, al igual que el empresario Ernesto Aguilar Yarmuch, sabedor de la industria sin chimeneas quien sin tapujos presentó pruebas de cómo se está engañando a la ciudadanía con cifras falsas del auge del turismo cuando la realidad apunta en otro sentido, “peor ahora que con el aumento del impuesto al 2 por ciento a la nómina”.
El politólogo e historiador Alfredo Bielma habla de los serios problemas de la educación.
Presentes Jesús Castañeda Nevares, los periodistas Isabel Ortega, Mussio Cárdenas, Antonio Trujillo, Mayjose Gamboa, Oswaldo Cevallos, el místico Marco Antonio Aguirre, el agudo Luis Ramírez Baqueiro y el pintor Alfredo Hernández.
Ya el mismo notario Antonio Limón había destacado en la primera ronda que “ya estuvo bueno de entregar las Notarías a compadres o como pago a facturas políticas” y para el economista y director del portal “Política al Día”, Francisco Licona, en este momento lo más importante es tener una definición sobre qué le espera a Veracruz en materia financiera.
Presentes el empresario y político Marcos Salas, Silvia Siguenza, académica de la UV y periodista y Susana Torres, excontralora de Veracruz y de Pemex y una sensible y experimentada política, al igual que el director y propietario del diario “Oye Veracruz”, Santos Solís Ríos.
Desde luego que la nota de claridad discursiva la dio Fernando Córdoba Lobo, político, exdirigente priista y hombre emanado del gutierrezbarrismo, así como campeón nacional del oratoria, quien censura la novatez y poca seriedad en el quehacer público en Veracruz “en donde se ha descuidado la justicia social y se ha transitado por los caminos de la corrupción”.
Presentes además el dirigente juvenil Rodrigo Montoya, Pascual Villa, secretario del Tribunal Electoral de Veracruz, Carlos Vasconcelos, líder de los trabajadores en el sur de Veracruz y la presidenta de la asociación civil “Porque mujeres somos”, Yolanda Lagunes.
Juan Vergel, Rosa María Campos, Octavio Ruiz, Carlos Luna, el doctor Carlos García Méndez, Carlos Darío Arcos Omaña y los colegas Brenda Caballero y Salvador Muñoz, el brillante periodista crítico Aurelio Contreras y los generales se división Sergio Ayón y José Torres, quienes solo en “privado” charlaron con Pepe Yunes, pero estuvieron en el desarrollo del Foro.
Y otros más que escapan a la memoria de este reportero.
Es el ese escenario que quedó muy claro que es necesario dejar atrás todo vestigio de actuación caprichosa o autoritaria.
A partir del 2016 se deberán respetar las instituciones y el gobierno de transición tiene que hacer lo necesario para evitar actos arbitrarios cometidos por el Estado.
Se tiene que recuperar el prestigio a nivel local, nacional e internacional y ese es el convencimiento de José Francisco Yunes, para “construir un ambiente que propicie la armonía social, la inversión, la participación ciudadana y el desarrollo social”.
Es así como en el día a día y de cara al final del sexenio de la Fidelidad se van perfilando programas e intenciones en favor del rescate de Veracruz.
Al final de la larga jornada el senador, parafraseando una expresión de Rudyard Kipling: “Dejadme a un niño los primeros siete años de su vida y será un hombre de bien”, acotó: “Dejadme dos años a Veracruz y ya veremos lo que pasa”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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