Édgar Hernández* / Javier Duarte fue colocado por la opinión pública nacional, los partidos políticos opositores, su mismo partido, el PRI, y la familia Yunes al borde del precipicio.
Son muchos los pasivos en su contra que para esta hora acumula.
Ya desde anoche empezaron a rodar fuertes versiones sobre una inminente decisión del centro.
Para la Fidelidad jamás estuvo calculado en el peor de los escenarios políticos que la gota que derramaría el vaso sería un chiste, un chiste mortal, el chiste de la “Caña de Pescar” que le infringió Javier Duarte de manera abusiva al senador de la república Héctor Yunes Landa, a quien humilló y minimizó.
No calcularon, él y sus dos consejeros Fidel y Alberto, la fuerza de Héctor, no tanto como legislador, sino por ser un político con fuertes ligas con el peñanietismo, amén de su alianza con Manlio Fabio Beltrones y la unidad indestructible con su familia, los Yunes Linares y los Yunes Zorrilla, estos últimos no familia, pero con un recio paisanaje e intereses políticos comunes.
El encuentro-desayuno de Manlio con Fidel Herrera, la exigencia de unidad del PRI nacional dirigido a Veracruz, la supuesta llamada de atención del secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong al gobernador Duarte por el chiste de mal gusto contra el senador Yunes Landa, son indicadores. Duarte desestimó que esa bromita le costaría muy cara.
Héctor es incendiario. Solo puso el cerillo en la hoguera.
Este día y por tercero consecutivo la prensa nacional saca a flote un sinfín de raterías del gobierno Duartista que si bien son harto conocidas en estas tierras, no tuvieron ningún impacto al quedar sepultadas en las cuatro paredes del solar.
Sin embargo, al proyectarse hacia el centro se han convertido en un verdadero escándalo.
Los periódicos más influyentes de México, Reforma, La Jornada, Excelsior, El Financiero, al igual que Televisa, Milenio Televisión y MVS, pareciera que recibieron una línea superior destructiva para crear las condiciones ante la opinión pública a fin de que se pueda proceder contra el gobernador Javier Duarte.
Notas de ocho, artículos de fondo, caricaturas y demoledoras columnas políticas exhiben al mandatario en toda su magnitud, la negativa por supuesto.
Todos, absolutamente todos destacan cuantiosos desvíos financieros, la inseguridad pública, los narcopolíticos, la fractura priista estatal y ese choque-remendón con la Universidad Veracruzana que tanto ha calado a nivel nacional.
Dice el diario La Jornada, que la Auditoría Superior de la Federación detectó que el gobierno estatal quedó a deber de manera indebida en el 2013, la friolera de 125 millones 307 mil pesos.
“No le debo nada a la Universidad Veracruzana”, respondió airado el gobernador, en una primera instancia. Luego insistiría “No soy mago para aparecer dinero”. La UV guardó silencio, no así los diputados locales quienes le responderían que, en efecto no es mago para aparecer dinero “pero sí para desparecerlo”.
Antes por menos de eso cualquier quejoso iría a la cárcel. Hoy es un reclamo generalizado.
Eso es lo que, afortunada o lastimosamente se ve. A un Javier Duarte decantado, ironizado, objeto de mofa y arrinconado como muñeco feo.
Todo ello sin contar las poderosas redes sociales que se han dado a la tarea en las últimas horas de recabar “likes” –un equivalente a firmas- demandando la renuncia del mandatario.
Y es que el ciudadano gobernador, a lo largo de su mandato, ha acumulado una serie de agravios contra sus gobernados al imponer su voluntad sobre una pila de 15 periodistas masacrados; ha hecho lo que ha querido con el dinero público -30 mil millones de deuda en tan solo cinco años-; ha permitido la penetración de tres organizaciones criminales, y se ha metido en problemas de deuda con pensionados, maestros, proveedores de servicios, trabajadores de la Secretaría de Salud, medios de comunicación, constructores…
A ese saldo se agrega:
Un campo paralizado, el turismo como una gran mentira, el comercio organizado y hoteleros en serio descontento por los impuestos a la nómina.
No existe además una sola obra pública de la cual se ufane y de cara a feminicidios, desaparecidos, levantones –acaba de aparecer Gustavo Souza luego de pagarse 9 millones de pesos por su rescate-, los problemas no paran.
Lo sustantivo es que la Auditoria Superior de la Federación está por descubrir el pastel de las deudas.
Según Héctor Yunes, son 10 mil millones de pesos aun no comprobados, justificados o devueltos (el Contralor General, Ricardo García Guzmán habla de 6 mil millones a comprobar antes de fin de año).
Son reflejos de una economía despedazada.
Ese es un tema.
El otro son los aguinaldos, deudas pendientes, compromisos a pagar antes de Navidad y el pánico en muchos, muchísimos acreedores que se preguntan ¿Y ahora quién nos va a pagar?
Esa es la pregunta obligada luego de observar que cada quincena se cae el sistema en Sefiplan y que el martes en la noche se registró un tan misterioso como sospechoso incendio en esa dependencia que guarda los secretos de la historia financiera del Duartismo.
Hoy el río suena… pero desde México.
Anoche mismo el propio Congreso de la Unión le dio una muestra de desprecio a su bancada al cerrarle el paso al círculo Duartista entregándole solo dos presidencias, una para Alberto Silva Ramos, el consentido de Javier, la de “Población” –totalmente intrascendente- y la otra, la Comisión Ganadera al antiduartista Oswaldo Cházaro Montalvo.
El resto del clan: Mota, Erick, Tarek y Carvallo quedaron como apestados.
Mientras en la contraparte premian a Miguel Angel Yunes Linares, ya de por si galardonado al recibir la diputación federal por la vía plurinominal, con la Comisión de Seguridad y su vástago la de Justica en la cámara alta.
¿Acaso adelantos de lo que viene para Veracruz?
Hoy todos los cercanos a Duarte, como dice la canción, se aconsejan y se van. Prevén un fuerte desenlace que ya adelantan los círculos políticos y la estructura de poder federal.
Flavino Ríos y el propio Héctor Yunes Landa están listos para entrar al quite. Será una orden de México que bajo ninguna circunstancia podrían rechazar.
Las siguientes horas serán cruciales. Deseable que por el bien de Veracruz bajen las aguas de nivel, se llegue a un acuerdo y regrese la normalidad democrática.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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