Édgar Hernández* / Juan Nicolás Callejas Arroyo, robusto, piel roja, rostro surcado por las arrugas y en su haber seis diputaciones y una eterna dirigencia magisterial, no le da muchas vueltas a la política:
“Soy amigo de Pepe y Héctor y creo que el próximo gobernador debe tener clara la economía que se vive en Veracruz y se debe de rodear de gente de experiencia que sienta los problemas del estado y se enfrente a ellos ya que gobernar dos años no es una tarea fácil”.
Fue una charla de más de tres horas.
Un encuentro para reflexionar ante una treintena de periodistas llevando como líder al maestro Francisco Licona, Presidente de la Asociación de Periodistas Veracruzanos “Noe Valdés”, ¿Noé Valdés?, Si, ese recordado amigo de la lente recién fallecido; ese güerejo que fotografió la historia política de Veracruz en los últimos 40 años.
Juan Nicolás Callejas Arroyo es un hombre institucional que está más allá del bien y el mal… pero sigue siendo un ojo alegre “No soy puro. Tengo siete hijos de dos matrimonios y soy un hombre feliz, realizado”.
El profesor Callejas, como le gusta que le digan, es el actual Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado. Es un político que sabe, bien sabe, el peso que tiene una declaración suya. Por ello es que no se mete en honduras.
¿Quién es su gallo entre Pepe y Héctor?
“Conozco a los dos. Soy un priista convencido. Milito desde 1966. Por 12 años no tuvimos presidente de la república priista. Hoy es diferente. Vamos a acatar lo que diga el partido. Y creo que la lucha de Pepe y Héctor debe ser de unidad”.
¿Será usted secretario de Educación de Veracruz?, preguntó socarronamente Felipe Hakim, el de Crónica del Poder.
“No tengo planeado ser funcionario del gobierno. Pero además tu entiendes que no se puede poner la cantina en manos de un borracho”.
Fue largo el intercambio.
Lleno de remembranzas. De esas sabrosas evocaciones de cuando empezó su carrera magisterial.
“Siempre me gustó dar primero y sexto año de primaria. Primero porque encaras lo más puro de las herencias familiares trasmitidas a los párvulos cuando te dicen ¿profesor me da permiso de ir a cagar? o escriben en su cuaderno ¡Chabela es puta!”.
¿Y por qué le gustaba dar clases a los de sexto?, pregunta Leonor de la Millar, empresaria, periodista y un suspiro de mujer.
“Bueno, usted sabe. Las niñas de sexto de manera invariable se enamoran de su maestro”.
A Juan Nicolás de chavo le decían “El Popocha. Siempre fue hombre de rancho. Legendario por las comidas el día de su cumpleaños. Toda la clase política como si fuera el “Padrino” acude a su rancho santiguarse. Allá quien ose no ir a rendirle.
Es un hombre de poder. Hay quien dice que en el año 2010 el PRI le entregó cien regidurías y 20 candidaturas a las alcaldías. Verdad o mentira, no se sabe. Lo que si se tiene claro es que por más de 28 años estuvo al frente de la Sección 32 del SNTE, tras la muerte del líder magisterial Alfonso Arroyo.
Ya mismo sigue siendo el líder moral.
Juan Nicolás, de quien dicen fue sobrino del dirigente magisterial a quien sucedió. Alfonso Arroyo, hizo de la sección 32 un poderoso feudo. Es mas, se cuenta que es tal su astucia, hace tres décadas, que arriba sin la venia de Elba Esther.
La maestra quiso enfrentarlo y casi le tumba la propia dirigencia nacional del SNTE, así que no volvió a meterse a la plaza veracruzana.
Y Juan Nicolás, tras la asunción se volvió el maestro de la negociación y la fuerza política manifiesta en los regímenes de Patricio Chirinos, Miguel Alemán, Fidel Herrera y Javier Duarte.
Ya mismo la Sección 32 es un enclave de poder.
Atrás, muy atrás quedó su añejo recorrido magisterial. “Estuve en Santa María Tulpetlac, tierra de Juan Diego, dando clases”. También estuvo en apartados lugares donde sólo se hablaba Otomí “ellos hablaban Otomí y yo a lo tonto”, pero un buen día lo mandaron a Soledad de Doblado “allá por 1968” y se hizo amigo de los Yunes, “de Miguel Angel y de Héctor. Después trabaría amistado con Pepe… y el papá de Pepe”.
Un día se acabó la enseñanza en el salón de clases y brincó a la política “me acuerdo que fue en 1975 cuando me mandaron al Comité Nacional del SNTE”. Su oficina estaba en Colombia 51, allá próximo a la Lagunilla.
Y ahí trabajó con el maestro Carlos Jonguitud Barrios y la maestra Elba Esther Gordillo “fue una época intensa en donde nace la disidencia magisterial, la CNTE, y en donde aprendí que a nadie se le puede perseguir por sus ideales”.
Atrás habían quedado sus inicios de tímido maestro en Boca.
Hoy de cara a una larga carrera magisterial y política se manifiesta orgulloso de “haber hecho 85 reformas a la propuesta del ejecutivo en el marco de la reforma educativa”.
Profundo conocedor del tema da cuenta de la necesidad de profesionalizar la educación “de cara a la globalización que es una realidad”; de preparar mexicanos competitivos “y no lavaplatos en Estados Unidos”, así como encarar el desarrollo con manufacturas propias “es el colmo que hoy, hasta la imagen de la virgen de Guadalupe, dice Made in China”.
Su arrebato, sin embargo, sigue siendo la política. Insiste en que “El próximo gobernador se debe de rodear de gente de experiencia que sienta los problemas del estado y se enfrente a ellos. Gobernar dos años no es fácil”.
¿Ha recibido el Congreso alguna solicitud de reestructuración de la deuda?, se le preguntó.
“No. Y yo creo por añadidura que ya no se debe seguir endeudando a Veracruz”.
¿Es tiempo de emitir un juicio de valor, el juicio de la historia contra Javier Duarte?, se le preguntó.
Categórico, acaso escueto, devolvió:
“El juicio de la historia para el gobernador Javier Duarte habrá de corresponder a la ciudadanía y es el juicio de la historia el que dirá”.
Vestido de manera sencilla, chamarra beige oscuro y camisa blanca con pantalón de trabajo, el maestro, el “huesero” –como también se le conoce- no muestra asomo de arrogancia.
Es un buen charlista. Nadie de los 32 se mueve de su lugar. Algunas preguntas son muy de tapete para que se luzca, otras, sin embargo, son fuertes, directas… pero en él no hay asomo de molestia, es una esfinge.
“Vivimos una crisis de valores. El mundo de las redes han pulverizado a las sociedades y la educación es el camino. La verdadera educación porque vean ustedes hoy los niños regañan a sus papás”.
Juan Nicolás se define como nautéco-misanteco “la tierra que nunca olvidaré” ya que proviene de la normal rural de Misantla. “Soy Profesor y me siento de ello muy orgulloso”. Eso dice quien creció en Santa Clara y que paradójicamente esa raíz lo volvió hombre de mundo “he viajado a muchos países. He parado incluso en Rusia”.
Juan Nicolás recién regresa de una enfermedad que lo tuvo seriamente postrado por ello su dicho que enmarca esta crónica: “Muchos ya estamos del mediodía a la tarde y muchos cerca de la noche y como en las canicas cada vez más cerca del hoyo”.
Juan Nicolás ya araña los 72. Es un hombre de poder. Indiscutible.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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