Aylan Kurdi, niño sirio, como el sargazo que arroja el mar

- en Avenida Principal, Carrusel

mnlDefinitivamente el tema de los refugiados es tan vergonzoso como la enfermedad venérea en un sacerdote. Y es que sólo en el momento de las tragedias es cuando nos asomamos a esa realidad que muchas veces preferimos ignorar. Las guerras en las que se sumergen los gobernantes siguen causando mucho daño a la población civil que lo único que desea es la paz. Ahí está en las redes la voz del niño sirio que dice no querer ir a Europa, quiere quedarse en su casa, lo que quiere es que se lleven la guerra. Pero la muerte del pequeño de Aylan Kurdi ha despertado la consciencia de todo el mundo. La foto del pequeño ahogado, tendido en la playa, como el sargazo que arroja el mar, ha dado la vuelta al mundo y ha conseguido que nos llenemos de vergüenza. Cada vez que suceden este tipo de tragedias, somos menos humanos.

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