No es que nos deban, sino que no nos han pagado, eso es básicamente lo que dijo la agachada de Sara Ladrón de Guevara. La rectora de la UV, a la que le tienen pisada la sombra, a la que le cambiaron el atuendo folklórico para dejarla entrar a tomar té con la primera dama de Veracruz, recula y ahora sale con el cuento de que «a veces los tiempos y la oportunidad de flujo de nuestro presupuesto no es el que quisiéramos »; Sefiplan «ha tenido una actitud muy propositiva de ponernos al día y poder cubrir lo que corresponde a nuestros académicos y a los trabajadores». Nada más faltó que le dijeran: «No es que no te amemos, lo que pasa es que no queremos contigo». ¡Vaya con Sarita, va de decepción en decepción!