«Su afición a las bebidas espirituosas –según se afirma- lo están precipitando al descrédito, a la molestia partidista que a sotto voce habla del estado inconveniente en el que se presenta todos los días a todas horas. Y es que en la familia priista para nadie es desconocido que el señor Ferrari es un fiel entregado a la bohemia confundiendo la chamba con la disipación. Tampoco es un secreto que se la está jugando con Héctor Yunes Landa, quien de hecho es su mecenas y le debe el cargo que ostenta. Hay muchos a quienes el alcohol obnubila y de Alfredo se cuentan historias no muy gratas que desdoran su prestigio». Esto es parte de la Línea Caliente de Édgar Hernández: “Las disipaciones de Alfredo Ferrari”.
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