«Es famoso su trance en la policía bancaria y comercial, hoy conocida como IPAX, cuando este individuo, el huevo, estuvo en un tris de ser literalmente azotado por su jefe, el coronel Porfirio Díaz, quien se habría enterado de que su flamante comandante en Veracruz, Fernando Arteaga Aponte, como vil chupacabras, ordeñaba los sobres destinados al pago de los efectivos policiacos, de por sí afectados por los bajos sueldos. Fue citado a las oficinas en Xalapa, pero prefirió renunciar antes que enfrentar al malencarado militar que era su jefe». Lo comenta Édgar Hernández en su columna “El huevo” que cobra diezmos a güevo.
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