Nos lo comenta una trabajador del poder Judicial por inbox: «La designación del licenciado Alfonso Balderas Ramírez como Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado, ha sido recibida con gran beneplácito entre la comunidad jurídica veracruzana.
La amplia experiencia en materia judicial y los conocimientos avanzados que la acompañan, confirmaron la buena decisión del doctor Javier Duarte de Ochoa. Por otro lado, los cuestionamientos con respecto al arribo al poder Judicial de otros magistrados lamentablemente siguen teniendo vigencia. Un ejemplo de esto se da en la Quinta Sala del Tribunal, donde la anunciada salida, este 27 de julio, de Onésimo Fernández Campos, traerá la presencia de Beatriz Rivera Hernández, que entre sus logros está el haber liberado a Jorge Antonio Hernández El Silva, uno de los dos presuntos asesinos de Regina Martínez; en su momento también encarceló a Maruchi Bravo Pagola y a Gilberto Martínez Vera, acusados de los delitos de terrorismo por difundir información de supuestos hechos delictivos.
Esto permitirá que los malos manejos se incrementen, por la afinidad filosófica que se tienen con el secretario de acuerdos de esa sala, Francisco Hernández Lima. Es conocido que quien realmente maneja la sala, aun sobre la autoridad de quienes debían mandar allí, es este señor, que controla a la mayoría de los proyectistas y hace negocio tras negocio.
Los choques con los empleados a su cargo se dieron desde el momento mismo en que al trasladarse del antiguo edificio “A” al llamado “C”, para estar a tono con los caprichos del precitado secretario, tuvieron que sufragar de su propio peculio la compra de las sillas de cada uno, que en todo caso, conforme a la ley, debían de haber sido pagadas por el poder Judicial.
No hay necesidad de buscar mucho, bastaría comparar su declaración de ingresos con el lujo y otros conceptos que se han convertido en cosa común para él».