Se reúnen las hordas priistas para dar calor a su vapuleado presidente de “chocolate con nariz de cacahuate”. Después del desprestigio internacional por la fuga del Chapo y de los descolones de su primera dama en Francia, Peña Nieto regresa de Europa con la necesidad de recibir un apapacho. Y qué mejor apapacho que el de sus huestes, quienes a pesar de su tara política lo siguen viendo como un líder innato. Ahí estuvo también el gobernador Javier Duarte, quien buscó la manera de tomarse la mejor foto con el primer priista de la nación. Pero al parecer no lo consiguió, porque de otro modo ya la estuviera presumiendo. Quien sí se tomó la foto fue Fidel Herrera, pero al parecer nada más llegó para ser advertido. Ya en algún momento Peña Nieto le mandó un emisario para decirle que le bajara, que estaba “enturbiando mucho” el clima político en Veracruz; y Fidel obedeció. ¿Qué le habrá advertido esta vez?
