¡Duarte desconcertado!
Recrudecido el diferendo político con el primer priista Javier Duarte, los dos actores disidentes más importantes del proceso sucesorio del 2016, Gerardo Buganza Salmerón y José Francisco Yunes Zorrilla, decidieron unir fuerzas ante una eventual imposición que pretenda la continuidad de la Fidelidad.
En el mismo carril transita Héctor Yunes Landa, quien observa cómo se cierne la traición de parte de quien le ha venido jurando amor eterno y por atrás le está gestando un escenario en donde, como as de la manga, emerge Erick Lagos Hernández.
Declarada la guerra y a escasas diez semanas de que se reúna el Consejo Político priista para sentar las bases de la convocatoria que dé paso al registro de aspirantes a la gubernatura 2016-2018, la fractura se ahonda y aleja cualquier principio de conciliación.
En dos ocasiones se han encontrado Buganza y Pepe Yunes, en privado, desde que se sucedió la intempestiva renuncia del primero luego de manifestar sus apetitos políticos por jugar la gubernatura bajo las siglas de “Generando Bienestar”, una organización política que ha venido cuidando y fortaleciendo desde el arranque del sexenio.
Luego a través de una “Candidatura Independiente” que le permitiría más que ser el “Bronco veracruzano”, el “Tiburón en alerta” que arrebate a través del voto, la supremacía priista.
En realidad la relación de Buganza con el mandatario estatal a lo largo del sexenio fue armoniosa. Le sirvió en las dos responsabilidades que atendió, tanto en la gobernabilidad como en el tema de los Juegos Centroamericanos.
A pesar del alud de censuras, críticas y descalificaciones sobre pedido que le ha enderezado por estos días el gobierno estatal, en su momento Buganza fue el factótum del equilibrio, quien regresó la paz social, quien dio credibilidad a un gobierno fallido y salvó en buena medida los Centroamericanos marcados por la corrupción.
A Buganza se le consintió en el marco institucional aguardar los tiempos para manifestar sus apetitos políticos. Para el gobernador nunca fue desconocida esa fuerza política y la de los grupos organizados en todo el estado, misma que utilizó en tres jornadas electorales, dos internas y una federal.
Vaya en su misma elección del 2010 el voto bugancista se le entregó a Duarte provocando el descalabro de Yunes Linares. Y de su historia de éxitos se sabía. Buganza no llega a la Fidelidad de a gratis.
En el 2004, bajo las siglas del PAN, penetra en el ánimo ciudadano y ataja al aspirante priista Fidel Herrera Beltrán a quien ganó en las urnas.
El pleito se fue a tribunales y en extraño relleno de urnas de pronto aparece con que el morenazo de fuego se llevaba la victoria con 27 mil 300 votos. Menos del .3% hicieron la diferencia.
Buganza se tragó el sapo.
Se mantuvo institucional y siguió construyendo su circunstancia para el 2010 en donde la volvió a buscar, también bajo las siglas azules. Así, y con esa consigna obtuvo la simpatía panista.
Lo atajó, sin embargo, el veto del presidente Felipe Calderón a quien fue a ver a “Los Pinos” para convencerlo de la importancia de su capital político electoral.
“¡Será Miguel Ángel Yunes Linares!”, le dijo el presidente categórico a lo que Gerardo Buganza le espetó: “¡Pues con todo respeto, señor Presidente, de mi cuenta corre que Yunes Linares no gane!”
Así fue.
De la lucha intestina del PAN se dio cuenta Fidel Herrera, quien al final de la jornada le ordena a Javier Duarte convoque a Buganza a sumarse al proyecto, dando lugar a una propuesta de 20 puntos en donde el último punto era precisamente invitarlo a que fuera Secretario de Gobierno, posición que siendo tan importante era la menor.
Los otros acuerdos fueron: entregar posiciones para la gente que se mantuvieron con él en los 212 municipios; mantener la estructura electoral que tenía armada de Pánuco a Las Choapas; entregar regidurías a su gente; dar nombramientos en segundos y terceros niveles a sus aliados en todos los municipios y, lo más importante, permitirle en su momento proyectar y dar paso a su proyecto personal.
Días antes de la toma de posesión de Duarte, Fidel Herrera ordenó que no lo colocaran en la SEGOB, sino en la Secretaría de Comunicaciones. Sin embargo Duarte se mantuvo firme hasta el final.
No así hace tres semanas cuando a ocho columnas Gerardo Buganza declara a Notiver estar listo, lo cual provoca una airada reacción del gobernador que dio la fulminante orden de iniciar un interminable golpeteo mediático.
Así, la semana anterior, el martes 14, en heterodoxa decisión Gerardo Buganza, se “destapa” a través de un video en las redes, lo cual desencadena su remoción y abierta ruptura con el jefe de las instituciones veracruzanas.
72 horas después anuncia su renuncia “para buscar ser candidato independiente” en medio de una mega madriza gestada desde dentro. Al carajo se iba ese respeto fingido que se le guardó a lo largo del sexenio.
Buganza siempre supo lo poco confiable que le resultaría la alianza con la Fidelidad, “la ingenuidad no cabe en la política”, aun así decidió jugar pero sin abandonar sus redes políticas las cuales prohijó en paralelo al PAN a través de “Generando Bienestar”.
El pasado 17 de junio una respetuosa llamada telefónica de José Francisco Yunes Zorrilla deseándole suerte en su nueva acometida electoral, da lugar a posteriores encuentros en donde se gesta una conveniente alianza opositora en la idea de romper la jetatura de la mafia en el poder para dar paso a un proceso electoral democrático.
Gerardo Buganza dispone en estos momentos de un capital electoral del cual el PAN se siente dueño lo cual no es del todo cierto ya que el cordobés en los últimos cinco años cuidó la relación y alianza con sus simpatizantes.
De ahí su aserto de no entregar el voto a la “mafia” de Miguel Ángel Yunes Linares.
Buganza va por el registro que le permita la candidatura ciudadana o independiente y una vez alcanzada medirá fuerzas con el que resulte ganador entre los dos Yunes rojos: Pepe o Héctor/Héctor o Pepe.
Ello en la consideración de que si no le alcanza entregará su capital de votos a Pepe con quien se aliará
Le queda claro que si la Fidelidad se atreve a buscar la gubernatura a través de uno de los suyos y geste de nuevo una traición, su empeño irá en favor de una alianza de fuerzas con Pepe por el lado de una candidatura independiente.
Y para quienes están ciertos que Buganza es un cero a la izquierda y no tiene a nadie que lo respalde, tendrá que pensarlo dos veces ya que una vez que registre su candidatura habrá de mostrar cuanta gente está atrás de él.
“Aliado con Pepe vamos a doblar al gordito”, comentó a sus aliados hace un par de noches.
Mientras José Francisco Yunes sigue en lo suyo.
Termina la semana advirtiendo que “Es la PGR y no otra autoridad local la que debe informar si las denuncias en contra de funcionarios estatales interpuestas por la Auditoria Superior de la Federación (ASF), ya no causan efecto, pues hasta el momento de manera oficial no se habla de que éstos fueron “exonerados”, mencionó en entrevista hecha “Las Coronelas” de Ernesto Aguilar Yarmuch.
El asunto lo suscribe Héctor Yunes Landa quien ya desde el pasado domingo dijo de cara a un invitado no muy apreciado, Javier Duarte: “¡Estoy listo!”
Durante su III Informe legislativo ante el llamado primer priista de la entidad Javier Duarte, sostuvo que no tiene “ataduras, compromisos ni pactos vergonzantes”.
Un discurso fuerte, pero que a pocos convenció al estar salpicado de suspicacias en torno al costo del evento y quién lo patrocinó. La sola presencia de Duarte en su evento le demeritó.
A Yunes Landa le sigue desdorando su relación con Javier. Ese arrodillamiento y particularmente porque no son pocos los que le gritan: “¡Te va a traicionar!”.
Héctor, sin embargo, está embelesado. Solo mira al borrego de oro. Ve los árboles y pierde el bosque. Acaso su última declaración muestre pálidamente que está hasta el cuello pero que tiene tablas de salvación cuando afirma:
“Yo con Pepe siempre coincido. Mi mayor coincidencia es con Pepe, lo debo reiterar y lo digo en serio. No sólo políticamente sino en posiciones de este tipo, aquí no hay exoneraciones de nadie, aquí o eres responsable o no eres responsables y si hay la presunción de que eres responsable, entonces ya traspasa el ámbito meramente administrativo y pasa al ámbito judicial”.
Los tiempos pues, se estrechan. Las definiciones están por sucederse y cada quien atiende su juego.
Para la Fidelidad es pecado mortal entregar la plaza a un Yunes. Les queda claro que solo están jugando con Héctor como en su momento le doraron la píldora a Pepe -“Tu eres el Plan B”, le dijo un día Rosa Borunda.
Fidel Herrera Beltrán ya arrojó su última carta.
Sacó a todos sus cómplices de Veracruz, a siete les dio fuero. Dejó en la plaza a Erick. Ya se llevó al confín de la república a su hijo Javier. Soltó a los perros para que ataquen a sus opositores. Ya apartó mil 300 millones para la elección del 2016 y solo está en espera que le digan al primer priista veracruzano Javier Duarte: “¡Usted decida quien lo va a suceder!”.
Sueños Guajiros.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo