La tercera vía

- en Opinión

“¡El “tapado” fuma elegantes!”, Miguel Alemán Valdés

Al más viejo estilo priista Veracruz no tendrá más remedio que regresar a la era del “tapado”.

Polarizadas las dos fuerzas políticas más importantes, de un lado la del primer priista y del otro la que encabezan los Yunes rojos, no habrá más remedio que abrir el espacio a la intervención del árbitro federal para que ponga las cartas sobre la mesa y se decida por la tercera vía.

Y esta habrá de darse en el marco de un gobierno de transición que finque las bases del fin del Duartismo y ceda las compuertas a la participación ciudadana en concordancia con las nuevas generaciones de la mano de la experiencia.

No habrá pues, más experimentos fallidos

Quien aspire deberá comprometerse por mandato federal no con el compadre, el amigo o el pariente a entregarle en bandeja de plata la siguiente gubernatura 2016-2022, sino a quien verdaderamente represente el proyecto de cambio.

Orden en las finanzas, combate a la delincuencia y un gobierno con justicia social alejado de la corrupción, serán las premisas.

Bucareli ya empezó a recibir los primeros esbozos por dónde se debe caminar sin los fideles ni los Yunes y ya empezó a entender a los actores que en lucha de cofradías van por el arrebato del botín no por la justa democrática.

Xalapa ya acusó recibo

Acaso por ello en las últimas dos semanas por instrucciones precisas, Erick Lagos y Alberto Silva quedaron desaparecidos del mapa político luego de meses, años de estar en los primeros planos del ojo político y ser candidateados una y otra vez.

Pero hoy de lo que estamos hablando es justamente de esa tercera vía en donde los más le apuestan a una terna en donde figuran dos veracruzanos de Veracruz y un veracruzano del DF, sin los Yunes, por supuesto.

Aquí la pregunta es cuál es el perfil del “Tapado”.

Habrá que empezar a ubicar los tiempos políticos. Habrá que empezar por esperar los resultados de la federal de junio para así saber de qué estamos hablando.

El histórico refiere que puede esperarse una elección federal con cuatro a seis distritos para la oposición con relevante presencia priista en 16 posiciones lo cual no habrá de significar que el primer priista quede como el gran elector para el 2016.

Y es que el diferendo yunista atora el siguiente paso, es decir la unción del candidato a gobernador, que eventualmente sucederá hacia las últimas semanas del año luego de concluya el quinto año de gobierno y que Javier Duarte entre en el natural proceso de desmantelamiento del poder en donde habrán de aflorar las deslealtades, la desobediencias y la gestación de tribus en torno a los aspirantes.

Ese es, ni más menos, el escenario en donde ambas partes quieren el botín, por ello se pretenderá imponer la tercera vía.

Y para el anecdotario político habrá quedado la circunstancia política que permitió al jefe del ejecutivo del estado con la venia del presidente de la república, empujar la gubernatura de dos años.

Se venía de unos Juegos Centroamericanos exitosos, de una Cumbre deslucida pero con una extraordinaria anfitrionía y de una señalada condición de debilidad presidencial que permitió la operación y decisión local.

Jamás se imaginó la federación el tinte divisionista que semanas después provocaría la rebeldía de los dos senadores Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla de cara a la siguiente visita presidencial.

Nunca se pensó que como segundo paso los mismos hijos desobedientes decidieran irse más que por la de dos, por la de ocho y aunque Duarte sabía que ni Erick ni Silva y sí Héctor y Pepe, encabezaban las encuestas, jamás creyó que la fractura polarizara al priismo.

La resultante de todo este embrollo es que no hay diálogo ni acuerdos entre las partes en conflicto… ni lo quieren y eso ya lo percibió el grupo de Aurelio Nuño en Los Pinos, al igual que el área de inteligencia de la Secretaría de Gobernación que encabeza Miguel Osorio Chong.

Saben que sentar a dialogar a los legisladores con el gobernador, el único acuerdo que pueden alcanzar es que Javier ceda la plaza, pero es un hecho que Javier no cederá nada.

Acaso el único punto a discutir es que se entregue a Pepe la de seis siempre y cuando se permita a un duartista detentar la de dos, pero ¿dónde lee Héctor?

En tal encrucijada la única salida que se avizora es una candidato de unidad para la de dos, uno que cierre, pero que de verdad cierre la llave al Duartismo y siente las bases para una transición pacífica con una candidato que ataje el paso a Miguel Ángel Yunes Linares hoy más fuerte que nunca.

Miguel está en el ánimo del PAN; Miguel puede ser la negociación de la federación con la derecha; Miguel es quien trae la estructura y es Miguel quien a su modo, en cirugía a hachazos, compondrá a Veracruz de tres patadas metiendo a las cárcel a quien según él le han hecho tanto daño a Veracruz.

El tablero está ahí pues, dispuesto a la lucha por el poder con una tercera vía como fórmula “intermedia” que reconciliará valores decantados por un estado fallido.

Y es que el gobierno de Peña Nieto está muy débil como para permitir la pulverización de un enclave de poder económico y político electoral por disputas internas.

Por tanto si ha de entregar la plaza a la oposición será por la vía de la negociación del centro y no desde la aldea, como dirían los clásicos.

Es por ello que ahí en ese escenario ni se mueve el más institucional. El más serio y respetuoso de las formas ahí está en esa terna en donde opinarán dos ex gobernadores. El hombre del diálogo y la conciliación habrá de esperar hasta después de la federal. El político elegido se mantendrá callado en espera de nuevos tiempos… ¡Adivínelo, Vargas!

Tiempo al tiempo.

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