Sr. “periodista” Carlos Loret de Mola: Mediante esta misiva publica le hago llegar mi sentir e inconformidad por la manera en cómo se dirige al gremio magisterial, especialmente de los maestros de Guerrero y Oaxaca.
Antes de continuar, permítame presentarme. Mi nombre es Luis Ortiz Ramírez. Soy maestro de secundaria y doy clases en la Escuela Técnica Industrial No. 72, ubicada en la periférica Colonia Revolución de la Ciudad de Xalapa, Veracruz, México.
Déjeme decirle que mi escuela está bien pintada, pero es muy común ver inundada su entrada y los alrededores en tiempos de lluvia. Antes nuestra escuela tenía mala fama. Hoy, gracias al esfuerzo de los maestros, padres de familia y alumnos, estamos orgullosos del progreso que hemos tenido. Somos una escuela con mucha demanda estudiantil.
Sr. Loret de Mola: quiero que sepa que soy uno de los miles de maestros convencidos que creen que la calidad educativa en México puede ser mejor si en verdad llegaran los recursos a los estados, y que estos a su vez verdaderamente se usaran para la construcción y mejoramiento de escuelas y no para sus campañas electorales. Por cierto, mi hermano sí lo conoce en persona, yo no lo conozco y no me interesa conocerlo. Lo único que sé de su persona y pudiera correr el riesgo de parecer chisme, es que usted nació en Yucatán. Y el otro dato lo leí en una revista mientras me cortaban el pelo, (de que se encontraba drogado cuando lo cacharon con una dama del mundo del espectáculo).
Como le dije antes, le escribo porque no acabo de comprender la ferocidad y el encono cuando usted se dirige a los aguerridos y valientes maestros de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación). Cada vez que se refiere a ellos, no los baja de holgazanes y violentos. Lo que tal vez desconoce, es que el Estado Mexicano ha incrementado el salario de los maestros gracias a estos aguerridos maestros y maestras de la Coordinadora y no precisamente a las supuestas negociaciones del SNTE. Le recuerdo que muchas maestras han sido golpeadas por los toletes del Estado.
Y gracias a personas como usted, miles de compañeros maestros se han ganado el repudio de la clase empresarial y de gran parte de la sociedad, que sólo se conforma con las migajas informativas de la empresa para la que trabaja. Y es que tal vez desconozca, pero usted nació en una ciudad cuna de ciudadanos rebeldes y valientes donde se gestó la Rebelión de Cisteil.
Como estoy seguro que no sabe a qué me refiero o si lo sabe no se quiere acordar, permítame tomar mi papel como maestro de Historia. Y si me hace el favor, saque su libreta de apuntes y tome nota. En el mes de noviembre de 1761, el día 19, tras unas festividades populares en el poblado de Cisteil, cerca de Sotuta en Yucatán, Canek desde el atrio de la iglesia incitó a los indígenas a levantarse contra los españoles. Después de los acontecimientos en el que murieron numerosos soldados del ejército de la Capitanía General de Yucatán (compuesta por los actuales estados mexicanos de Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán) y también vecinos de la localidad de Cisteil, el líder maya cayó preso, y fue conducido a Mérida junto con los otros rebeldes, sí, escuchó bien, rebeldes como mis compañeros maestros de la CNTE.
Ahí, él y sus colegas fueron ejecutados en la plaza pública el 14 de diciembre (menos de un mes después de la alzada), después de un juicio sumario, acusados de rebelión y actos sacrílegos, ya que se dijo que Canek había tomado la indumentaria de la virgen de la iglesia de Cisteil para coronarse rey de los mayas, gesto que, dijeron, se había confirmado por las versiones de los testigos mayas que fueron ajusticiados simultáneamente, previa confesión obtenida bajo suplicio, como ahora lo siguen haciendo muchos gobernadores.
Que no le sorprenda, Sr. Loret de Mola; la ciudad o zona donde usted nació fue raíz de uno de los más grandes rebeldes que ha tenido este país. Yo esperaría que ese espíritu luchador corriera por sus venas. Sin embargo, desde su participación en la película de “Panzazo,” he sido testigo de su postura farisaica supeditada a los intereses de su patrón, el Sr. Azcárraga Jaén, dueño de la televisora que más ha perjudicado durante generaciones, a miles de niños con programas de bajo contenido cultural y educativo. Es cierto que me pudiera refutar que la televisión es para divertir y no para educar.
No obstante, no me extrañaría que mostrara orgullo por programas mediocres como, “Cien mexicanos dijieron” y Laura de América. Por cierto, se me olvida el programa que tal vez le traiga recuerdos; “Sabadazo”. No puedo dejar de lado, que en Mérida, de donde es usted oriundo, existe una bella estatua de Jacinto Canek, que se encuentra ubicada en la Av. Jacinto Canek, periférico carretera Campeche. Le ruego que la próxima vez que la vea recuerde que en este país en muchas ocasiones no queda otro camino que rebelarse y salir a protestar.
Y ya para terminar la clase, el pueblo de Cisteil, íntegro, fue arrasado e incendiado por las tropas virreinales y finalmente cubierto de sal “para perpetua memoria de su traición”.
Sr. Loret de Mola, pareciera que su memoria le falla, sólo observe como el Estado ha tratado los asuntos de Aguas Blancas, de Tlatlaya y de Ayotzinapa. Hoy, la CNTE es una piedra en el zapato para Mexicanos Primero y para el Estado mexicano. No olvide que la historia es un juez muy severo y si no me cree, observe el juicio sumario que el pueblo mexicano ha hecho de su mentor Jacobo Zabludovsky. Yo en sus zapatos, estaría preocupado por el legado que le dejaría a mis hijos. Piense que usted puede ser cómplice por su participación y su postura intransigente contra los maestros rebeldes del país.
Por cierto ya puede guardar su libreta y su lápiz, la clase ya terminó. Se despide con un grato sabor de boca, este humilde maestro mexicano.