Armando Ortiz / Los diputados del actual Congreso son poco conscientes de la responsabilidad que les están echando a los hombros. Casi nada, ser tapadera de un gobierno que como excusado de cantina, está rebosado de mierda.
A pesar de ello los diputados todavía piensan que se puede solapar y encubrir a un gobernador que los estigmatizó, que los utilizó como un barrendero usa una escoba. Javier Duarte los hizo cómplices de muchas de sus raterías, los sobajó, les robó su autonomía. Para ello utilizó a Juan Nicolás Callejas Arroyo, quien por supuesto logró que su hijo fuera plurinominal, lo logró con el pago de la vergüenza de todos los legisladores que se sometieron a su voluntad, que era la voluntad de Duarte.
La historia ya los ha juzgado, el pueblo de Veracruz, en las elecciones que se llevaron a cabo el 5 de junio ya dio su veredicto; como dice la sentencia bíblica, han sido pesados en la balanza y han salido defectuosos.
Los nombres de los diputados priistas actuales ya están en la memoria de los veracruzanos, sus rostros ya pertenecen a la galería de la ignominia. Difícilmente podrán aspirar a otro puesto público. Espero que les hayan pagado bastante bien, porque una vez que dejen la curul serán arrojados al ostracismo.
Sin embargo todavía tienen una gran oportunidad de resarcir en parte el daño que han hecho al pueblo veracruzano. El gobernador Javier Duarte, ese que ya no significa nada para los veracruzanos; ese que enloquecido mandó que se agrediera al gobernador electo; ese que quiere salir impune, que busca que sus delitos sean borrados por el Poder Legislativo, ese sujeto ha puesto en sus manos una serie de iniciativas gravosas, con las que piensa desquitarse de la humillación y el escarnio al que ha sido arrojado como consecuencia de su mal proceder. Quiere dejar una carga onerosa para que el próximo gobernador, a quien considera su enemigo mortal, le sea más difícil gobernar. En lo que no piensa el gobernador actual es en el daño que causará a los veracruzanos con la carga financiera que causarían muchas de las iniciativas de ser aprobadas.
De la misma manera, utilizando a los legisladores actuales, pasando por encima de su autonomía, está haciendo un remate, convirtiendo al estado de Veracruz en una venta de garaje. Por su mezquindad está vendiendo los bienes del estado que él estuvo utilizando, para no dejarle nada al gobernador electo. ¿Cómo si eso fuera un gran problema? Duarte ha involucionado y se está convirtiendo en un niño caprichoso, que rompe sus juguetes para que otros no los usen, porque siente que sólo él tuvo derecho de jugarlos.
Allá los diputados si continúan participando de las locuras de este “emperador” de pacotilla. Allá los diputados si continúan sirviendo de alfombra de este delincuente. Allá los diputados si se prestan a ser el papel higiénico de un gobernador que donde quiera que se sienta la caga.
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