Ya se acabó el gobierno de Yunes

Elecciones
El Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares FOTO: CGCS
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Ya se le acabó el tiempo a Yunes Linares y como en un trágico dejá vu, el pasado regresa inclemente a los veracruzanos. Ver a empresarios pedir dialogo y después ser echados de Palacio de Gobierno, era un recuerdo casi olvidado, un suceso que no debió nunca repetirse, que sin embargo, se repitió.

Pero son las ironías crueles del destino, terminar su administración así, justamente como terminó la de Javier Duarte.

Sin la intención de revisar o analizar las causas de los resultados electorales del 1 de julio pasado, estoy convencido que el gobernador se confundió, construyó un proyecto familiar cuando debió construir uno de estado. No era fácil una sucesión a los hijos, un proyecto de un pequeñísimo grupo para apoyar un proyecto político-familiar, era una apuesta de altísimo riesgo. Se jugaba mucho y perdió todo.

Ahora intentará refugiarse en el PAN estatal, pasar la tormenta morena de estos años y reconstruir el proyecto político. Lo veo muy difícil, no creo que se lo permitan los que se sienten agraviados con su gobierno.

Sus aliados, esos con los que decidió negociar su libertad, ahora se saben libres del yugo del gobernador, solo esperaran unas semanas y pondrán a la venta al mejor postor el capital político y económico con el que cuentan.

Javier Duarte, desde su celda en el Reclusorio Norte, debe estar a carcajada limpia. Su idea de arrebatarle la gubernatura a Yunes dio resultado, a destiempo, pero dio excelente resultado. Ahora solo se tratara de jalar algunos hilos y empezar a negociar su libertad y próxima reivindicación política. Si ya lo hizo Dante, porque no va a poder él.

Lo que preocupa, es que Morena construirá una plataforma político-electoral imbatible, no tendrá prácticamente oposición en el estado y el control del dinero público pasará por un superdelegado federal que se encargará de hacer ganar todo de todo a su partido. Pero eso queríamos, regresar al partido único con el hombre fuerte que resuelva todos nuestros problemas de la vida.

México y Veracruz enfrentarán años complicados, seguramente de incertidumbre económica y algo de convulsión política. Nunca ha sido fácil emprender la tarea de transformar todo un país, cuando lo que se necesitaba era solo cambiar y mejorar lo que no estaba funcionando.

Las expectativas de las promesas de campaña son enormes, las resistencias lo serán aun más. López Obrador y Cuitláhuac, tendrán que caminar en un sendero muy angosto, donde por un lado estará el acantilado de defraudar a sus seguidores y del otro, el abismo de la inviabilidad del país.

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