Pudo haber sido la legalidad lo que determinó la decisión del Tribunal Federal Electoral (Trife). Pudo también ser que no se puede quedar mal con el futuro presidente, un presidente de México que ostentará un poder como ningún otro. El caso es que se revocó la multimillonaria multa que el INE impuso de manera arbitraria a Morena por el tema del fideicomiso a los damnificados.
Curiosamente los argumentos del Trife son los mismos que arguyó Morena, que no hubo una investigación a fondo, que el fideicomiso no es parte de Morena si no de militantes de Morena, que no hubo beneficio en votos porque los apoyos nunca se condicionaron.
Queda bien el Trife, queda mal el INE, sobre todo Ciro Murayama, el consejero que más empujó el dictamen de multa. Así, el gobierno de López Obrador iniciará sin mácula, como él tanto deseaba.
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