#Todos somos Maryjose Gamboa

- en Investigación, Opinión

Édgar Hernández* /

¡Será diputada!

“¡Chínguenla!” fue la orden que dio el gobernador Javier Duarte cuando se enteró de un accidente automovilístico en el cual quedó involucrada la periodista crítica Maryjose Gamboa.

“¡Hay que refundirla!”, ordenó a su exquisito Procurador Luis Angel Bravo Contreras.

El irascible mandatario también ordenó a su prensa afín, esa que todos los días a lo largo del sexenio se desbordó en encomio al gobernante, la misma que hoy lo defenestra y exige cárcel, aplastar a la colega.

Fue así como un 12 de julio de 2014 la Gamboa fue acusada de “homicidio culposo” a partir de falsos testimonios, siembra de evidencias y fabricación de pruebas.

Como verdad absoluta para la procu quedaba que la periodista circulaba, con “temeridad” en altas horas de la noche, en estado de ebriedad por el boulevard Miguel Alemán (vía rápida, ojo) cuando a la altura del Infonavit El Morro, un sujeto atraviesa la avenida corriendo siendo impactado por el vehículo de la periodista, muriendo en el acto a consecuencia de los golpes recibidos.

Había sido un accidente mismo que sería distorsionado al acusarla de conducir con exceso de velocidad y en estado de ebriedad. Jamás se quiso admitir que el accidentado iba en estado inconveniente, que Maryjose no huyó del escenario, que el afectado no utilizó el puente peatonal y no admitir la autoridad que fue homicidio imprudencial que es un delito que alcanza fianza más no prisión.

Maryjose sería recluida y llevada a una prisión en Tuxpan, lo más alejada posible de su casa y de sus amigos -los Yunes Linares y Yunes Márquez- por más de ocho meses.

Toda una venganza política.

Su pecado no había sido el accidente, sino relacionarse profesionalmente con los peores enemigos de Duarte, enemigos que hoy están a punto de llevarlo a prisión por saqueo a las arcas públicas.

Hoy está a punto de cumplirse la fatalidad de que los carniceros del presente serán las reses del mañana.

La evocación a Maryjose Gamboa viene a cuento ya que el pasado fin de semana la acreditada comunicadora, como el ave fénix, busca colocarse en el ánimo ciudadano del paisanaje como su representante ante el Congreso del estado.

Quiere ser diputada.

Por tanto, el “humo azul” determinó que la abanderada por el Distrito Veracruz Urbano, coalición PAN-PRD sería María Josefina Gamboa Torales.

En realidad Maryjose no necesita mucho para ganar.

Es altamente conocida en el corredor Veracruz-Boca y el resto del estado. Es una gran periodista, crítica del sistema estatal y víctima producto de las torpezas del gobernador.

Es además un destacado baluarte de la defensa de la mujer.

¿Qué más?

Maryjose Gamboa debe llegar al Congreso para que tal como lo ha prometido alce la voz para reiterar sus denuncias en contra de un régimen empeñado en acabar con la libre expresión de las ideas, con la libertad de pensamiento, de prensa y la vida y familias de los periodistas opositores a su régimen.

Que se recuerde ni en las peores dictaduras se observó tal atropello y asesinato a periodistas.

El pasaje sangriento que más sacudió a todo un pueblo y al mundo entero se dio el siglo pasado, en mayo de 1980 cuando la dictadura de Somoza en Nicaragua asesinó al periodista de la ABC de Estados Unidos, Bill Stuart, lo cual provocó la caída del dinástico régimen que llevaba 60 años en el poder.

En Veracruz van 15 los periodistas masacrados más los que se acumulen en los nueve meses restantes del gobierno de Duarte y no pasa nada.

Maryjose Gamboa es el más claro ejemplo de lo que nunca se debió haber acometido contra una comunicadora cuya pretensión era informar mas no ser mártir; ser una profesional mas no ser atropellada en sus derechos elementales; ser una apegada madre de familia, más no ser despojada de su hija en estúpida maniobra tutelar.

Quienes conocemos a la periodista sabemos de su reciedumbre, de su valentía y de su empeño por servir.

Acaso por ello en el imaginario colectivo la reseña del periodista Mussio Cárdenas quien escribió cuando fue liberada la periodista:

“Salió el viernes 27 (febrero 2015). Sacudió las estructuras del gobierno. Javier Duarte fue exhibido. Rumió bilis el fiscal Bravo Contreras, el ejecutor de la trama, evidente que el tipo vive sus fobias usando y manipulando la justicia, que sirve sólo para sacar criminales pesados de las cárceles, para encarcelar viudas que reclaman herencias de empresarios, como ha sido su paso por la abogacía, donde se nutre su peor fama. ¿O no, Fis-Culín?”.

Demoledor Mussio cuando afirma:

“Incómoda, incontrolable, indoblegable, Maryjose Gamboa Torales tiene una carga letal en sus palabras, las que le dedica a Javier Duarte, a Fidel Herrera, a la pandilla infiel, al gobierno en pleno desde su columna “Al Aire”, antes en “La Daga”. Desnuda la realidad de Veracruz, el atraso social, el atropello a la ley, el Veracruz seguro sólo porque lo dice un boletín de prensa, el Veracruz pujante sólo porque un día de tantos al gobernador se le ocurre emitir un decreto que así lo establece”.

Y remata:

“No le responde Javier Duarte con inteligencia porque de eso carece. Su látigo ante los medios, María Gina Domínguez Colío, suponía que cerrándole espacios, hostigando, vaciándole lodo, inmiscuyéndose en su vida privada, las armas de la difamación a su alcance, la infamia de los enanos del duartismo, la iban a parar. Nunca pudieron”.

Y en efecto, les vino a modo el accidente en que murió José Luis Burela López y se colgaron del percance al negarle la libertad bajo fianza para que enfrentara el juicio desde prisión, violados los derechos que la ley le concede; le inventaron dos cargos —temeridad y ebriedad— que a la postre, en instancia federales, no pudieron sostener.

“Javier Duarte sale raspado de una aventura en la que sólo un perverso ignorante se podía meter. Desoyó a críticos, evadió a asesores, desdeñó a quienes desde la prudencia aconsejaban que no cometiera el error de usar la ley para saciar su sed de venganza”.

Se impuso pues el personaje arrebatado, el poderoso visceral que deplora la razón.

Esa es la historia de la periodista quien hoy pretende una curul misma no está muy lejana de alcanzarla.

Lo de Maryjose constituyen las primeras luces del cambio, un cambio que ya otea en el horizonte. Un cambio en donde se espera algo más allá de la prisión que espera a los saqueadores, y es ni más ni menos que devuelvan lo robado.

Tiempo el tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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