Es una necedad decir que Sergio Pitol es poblano, cuando el mismo escritor siempre se reconoció como un escritor veracruzano. De hecho, la Academia Mexicana de la Lengua lo elige como miembro correspondiente en Veracruz en el año de 1997. Quienes han leído El arte de la fuga pueden constatar la veracruzanidad de Sergio Pitol, quien pondera no sólo el pueblo donde vivió su infancia, Potrero, Veracruz, sino además la ciudad donde residiera desde 1988. «Vivo en Xalapa -escribe Pitol-, una capital de provincia rodeada por paisajes de excepción. Por las mañanas salgo al campo, donde tengo una cabaña y dedico varias horas a escribir y a oír música. De cuando en cuando hago una pausa para jugar en el jardín con mi perro».
Cada uno de los textos de El arte de la fuga tiene como lugar de escritura la ciudad de Xalapa. Es tan necio decir que Sergio Pitol es poblano, sólo porque naciera en Puebla, como señalar que Carlos Fuentes es un escritor panameño, porque nació en Panamá. Es por ello que Veracruz y no Puebla está de luto; todo México está de luto; Hispanoamérica está de luto; todas las ciudades en las que vivió Pitol están de luto.
A los xalapeños nos dolió más porque siempre lo sentimos como una parte nuestra de la que siempre viviremos orgullosos. A fin de cuentas, tomando las palabras de Chabela Vagas a quien le cuestionaron decirse mexicana cuando ella había nacido en Costa Rica. La Chabela les dijo: «Los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana». Asimismo, «los veracruzanos nacemos donde se nos da la rechingada gana».
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