En la cultura del esfuerzo, uno puede nacer abajo y puede uno progresar honradamente; es difícil pero no imposible. Uno puede ser un maestro, periodista, político, intelectual o empresario y hacernos de un patrimonio familiar honradamente.
Pero ¿qué pasa cuando se vive en un sistema, como el mexicano, donde las relaciones sociales, el apellido o la herencia sigue siendo fundamental a la hora de obtener trabajo, patrimonio, beneficios o prerrogativas? Pues algunos se ven en la tentación de robar, al menos en el estado de Veracruz prevaleció la máxima de «a mi pónganme donde hay, que de lo demás yo me encargo».
Esa fue la máxima vertebral que puso en práctica Javier Duarte. Ante la evidencia de robo a despoblado, el gobernador lo niega. «No tengo ninguna propiedad en el extranjero, lo dicho por el hampón de M.Yunes sin sustento publicado hoy en @Reforma es absolutamente falso», escribió a través de Twitter.
Sin embargo, existe evidencia que prueba que Duarte tiene ya una casa en The Woodlands a nombre de su cuñada, Mónica Macías Tubilla, y la de Salmon Lake se la van a entregar en septiembre. De verdad que resulta increíble cómo los veracruzanos no hemos perdido nuestra capacidad de asombro. Y todavía faltan 150 días. Ni hablar, que Dios nos agarre confesados con esta bola de ladrones.
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