Cuando alguien miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta algo que merece general desaprobación, se puede asegurar que esa persona es cínica. Por esa razón, la patética defensa de Javier Duarte, por carta, que le manda a su vocero oficial, Ciro Gómez Leyva, donde pinta a su esposa Karime Macías, como una abnegada ama de casa, que casi-casi se tiene que completar para la tanda y así poder pagar las colegiaturas de su hijos, es una verdadera mentada de madre a la inteligencia de los mexicanos.
La esposa del exgobernador veracruzano algo debe, por eso no está en territorio veracruzano, por ello la Fiscalía General del Estado ha solicitado su presencia y ha solicitado a la PGR que la traiga de regreso. «Karime Macías no está huyendo porque se le persiga por sus ideas, la única idea que ella tenía cuando estuvo en el gobierno de Veracruz es: ‘Sí merezco abundancia’». Esa fueron las palabras del gobernado Yunes Linares.
Tenga por seguro que la friolera de 250 millones que se apechugó cuando mantenía un puesto honorario, como dice su marido, sólo es la punta del iceberg. Seguramente si se le escarba, se podrá comprobar que la “dulce Poly” resultó una verdadera profesional para triangular recursos para su propia bolsa.
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