Javier Duarte, César Duarte y Roberto Borge sólo son la punta del iceberg

Roberto Borge, Javier Duarte y César Duarte FOTO: WEB

Se utiliza expresiones como «eso es solo la punta del iceberg» para referirnos a que sólo se sabe de un asunto una ínfima parte de lo que realmente es o, por ejemplo, cuando se ha destapado un escándalo de corrupción y se sabe con certeza que tras el mismo hay una trama mucho más importante. Y se utiliza este símil debido a que un iceberg (masa de hielo flotante que sobresale de la superficie del mar) esconde sumergido bajo el agua la mayor parte del mismo, siendo en realidad 10 veces más grande de lo que se puede ver (su punta).

Los casos de los tres gobernadores en capilla nos muestran completamente al desnudo el grado de podredumbre en el que se bate el Gobierno Federal. La valiente periodista Carmen Aristegui nos mostró cómo se las gastan los que manejan los destinos del país, la propia esposa del presidente se vio inmiscuida en el vergonzoso caso de la Casa Blanca. En el gobierno de Enrique Peña Nieto ha habido de todo, desde cohecho, sobornos, tráfico de influencias, desviación de recursos, lavado de dinero y la lista sigue y sigue.

Mención especial merecen los exgobernadores Javier Duarte de Veracruz, César Duarte de Chihuahua y Roberto Borge de Quintana Roo; esta triada corrupta es una muestra del tortuguismo burocrático de las instituciones encargadas de procurar justicia y de una sospechosa impunidad que desalienta a los mexicanos. Aunque desgraciadamente eso sólo es la punta que alcanzamos a ver, en lo secreto, seguramente hay más casos de corrupción y de mayor magnitud.

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