Claro que se puede hacer fraude electoral en este país, si lo han estado haciendo por décadas. Lo hizo el PRI en 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas en la elección presidencial, un fraude monumental. Casi tres décadas después lo vuelven a hacer, esta vez en el Estado de México.
Prepárese a ver las evidencias en los videos que se están subiendo en las redes, videos en los que se muestra a funcionarios electorales alterando los resultados, videos donde se advierte la compra del voto, videos donde se ve claramente el acarreo de personas, donde se advierte el conteo tramposo a favor del PRI por parte de los funcionarios electorales que del 59 pasan al 70 y de ahí al 81.
Hubo una elección de estado que pretende colocar en la gubernatura a Alfredo del Mazo, el primo del presidente. Cierto, están las sábanas legítimas con los resultados, están los conteos que cada partido tiene en sus manos. Son millones de votos que se tendrán que contar uno por uno.
Porque en la medida que se permita este monumental fraude, esta elección de Estado, en esa medida ellos lo seguirán haciendo, porque les funciona, porque los hace ganar, porque los coloca en el poder, de manera ilegítima, pero en el poder.
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