Cuitláhuac, ¡Bienvenido al infierno!

Cuitláhuac García Jiménez FOTO: FACEBOOK
- en Opinión

Édgar Hernández* / Consumada la victoria electoral de Morena y ungido como indiscutible vencedor el “Juanito” veracruzano, Cuitláhuac García Jiménez, serios nubarrones se ciernen en torno al futuro gobierno al tener de entrada a un recio francotirador, a un animal político, a  Miguel Angel Yunes Linares.

Miguel ya no tiene nada que perder, excepto evitar ir a la cárcel, y hacer del gobierno moreno un verdadero infierno.

A la par y por encima del proyecto de Cuitláhuac García se mueven los enviados del Peje: delegados especiales, el coordinador de delegaciones Manuel Huerta Ladrón de Guevara, la Nahle –hecha un monstruo- y el acreditado y cercanísimo a Andrés Manuel López Obrador, el cuenqueño paisano de Fidel Herrera, Erik Cisneros, próximo secretario de Gobierno.

Todos con poder, todos sintiéndose amos y señores.

En la sumatoria contra el joven Cuitláhuac, hoy enamorado y seducido por habilidosa dama, están los más de un centenar de municipios en poder de los azules y priistas los siguientes dos años y medio, así como las Fiscalías –la normal y la anticorrupción- contrarias a su proyecto; doce nuevos magistrados no precisamente producto del dedazo de Cuitláhuac, y el priismo en su conjunto que migraron a Morena y que quieren su cocol.

Deudas –que son un chingo-; una entrega-recepción que cuenta con mañosas cuatro semanas (todo noviembre) para dar salida al régimen yunista con todo y la suma de rapacerías cometidas en Finanzas, Turismo, Obras Públicas, así como los compromisos municipales que apostaron por la victoria del “chikiyunes” vaciando las arcas.

Son muchos los pendientes.

¿Qué va a pasar con el PAN?, se ha de preguntar un Cuitláhuac.

Para sus estrategas obligada la atomización para evitar su crecimiento en los siguientes años, al igual que dos que tres golpes de precisión contra Pepe Mancha y su mamá también quienes deberán ir a Pacho, así como dos que tres caciques, del norte y del sur de Veracruz como la familia Guzmán y los herederos de Cirilo Vázquez Lagunes.

Habrá ajuste de cuentas a priistas traidores a Morena y lo inevitable, considerar la sucesión de Cuitláhuac García para el 2024 porque a partir del uno de diciembre arranca la carrera gubernamental.

Pero además habría que considerar una solución a lo que ahora se ve como un impasse de parte del crimen organizado que hasta la víspera electoral transitaba de los Zetas al Cartel de Jalisco Nueva Generación, resultante de una negociación política con Téllez Marie.

Todo eso y más queda para la nueva agenda, la de Cuitláhuac en donde no se puede dejar a un lado el asunto Duarte. Las inconsistencias jurídicas eventualmente lo podrán en libertad más temprano que tarde y el gobierno Morena requiere de una explicación histórica que no se resuelve con un boletín de prensa.

Y lo más importante para Morena y sus actores ¿cómo se le va a pagar a Fidel?

Fidel Herrera, es el gran artífice de la victoria Morena. Ese enfermito que el día de la elección llega a una casilla en silla de ruedas en lastimosa postura y sobajado por actores contratados para humillarlo, es un vital tigre que, al igual que Carlos Salinas, modifica el escenario sucesorio destruyendo todo vestigio yunista en Veracruz.

Es el mismo hombre pleno en su capacidad de maniobra política que transforma al Partido Verde para cambiarlo al color Morena y derrumbar la dinastía de Yunes Linares.

Es quien utiliza la estructura del PRI para demoler a Pepe Yunes –Fidel odia a todos los Yunes- y en habilidoso pase de charola, Duarte incluido, realiza la más extraordinaria magia de entregar el voto histórico jamás soñado para Veracruz.

Dos millones de sufragios para el Peje, un millón 800 para los legisladores y más de un millón 600 para Cuitláhuac García… eso ni el mago más famoso del mundo, David Copperfield, lo hubiera hecho mejor. Vaya ni Obama tiene esos números luego de haber sido electo como presidente del país más poderoso del mundo.

Fidel se lleva la ovación, pero Miguel Angel sigue siendo el gran peligro para Veracruz.

Eso de que se calmaría tras la derrota “¡la lucha sigue!” (sic) fue una tontería. Eso de que debe entender el mensaje de Olga Sánchez Cordero que se lo crea su abuela. Eso de ya pararle al tema Duarte solo lo estimula –ya mismo acaba de declarar que entre Fidel Herrera y Javier Duarte se robaron 115 mil millones de pesos-. Y eso de que se va a ir a su casa o casas a partir del primero de diciembre, ni su nieto se la cree.

Bienvenido al infierno Cuitláhuac.

Yunes Linares va a construir de nuevo su circunstancia –la tercera es la vencida- y va a partir de cero, como ha sido su vida misma, para entregar a cualquiera de sus tres labregones Miguel Angel, Fernando o el hijo empresario Omar, la gubernatura en el 2024.

Tiene el dinero, tiene el partido y tiene la maña del perdedor que transita y vuelve a transitar el camino hasta alcanzar la meta.

Acaso lo único que no ha tomado en consideración el rijoso Yunes Linares es que Andrés Manuel López Obrador y el 99.9 por ciento del respaldo popular con que cuenta, los poderes de la unión, los 31 estados de la república teñidos del Morena le tienen tendida una camita.

Son tres carpetas –la azul es de Duarte entregada al Peje- las que lo van a llevar ante un juez.

Será la muestra del poderío al arranque del sexenio, del aplastamiento moreno acompañado de la sed de venganza de Fidel, Duarte, Elba Esther Gordillo y Chuayfet que ya reapareció, así como y el ejército de aliados a quienes terminó traicionando, Zetas incluidos.

Todos ellos, más lo que se indague sobre los dos últimos años de gestión en donde quedó bajo sospechosa e ilegal recuperación de bienes y dinero a Duartistas, los 800 millones que Cuitláhuac denunció se desviaron para la campaña de Miguel chico y los 7 mil millones que Pepe Yunes afirma entregó a Finanzas la Secretaría de Hacienda, serán parte de la fiesta, de esas fiestas buenas con globos y cohetones, que le tienen preparada.

Así pues cuando todos los veracruzanos pensábamos que por fin estaríamos en paz, debemos prepararnos para el diluvio que viene.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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