Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. La aparición de cuerpos desmembrados, restos humanos en fosas clandestinas y los asesinatos a quemarropa ocurren en por la pérdida total de respeto hacia el cuerpo humano, consideró el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios.
En la Catedral Metropolitana de la capital del estado, durante la homilía dominical, el Sacerdote reprobó los recientes hechos de violencia registrados en la ciudad.
«Tenemos una total falta de respeto al cuerpo humano. Todos los días vemos en los periódicos o en los medios de comunicación que asesinaron a algunas personas, que los secuestraron, que tiraron cuerpos en tal camioneta, que los dejaron en plena calle, hablan de asesinatos así aunque estén otras personas disparándoles a quemarropa y a personas que ya vienen esposadas o amarradas, y a varias que en su propio domicilio van y les disparan».
Y es que al mediodía del sábado un hombre esposado fue arrojado de un vehículo en movimiento frente al Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz y ejecutado a quemarropa.
Por la noche, fueron hallados nueve cuerpos desmembrados al interior de una camioneta que se encontraba en la calle Lomas del Tejar, cerca de la avenida Murillo Vidal.
«Por todas estas cosas que se han dado, no hay ningún respeto por el cuerpo humano. Se deja tirado o se mete en fosas clandestinas, donde aparecen después de varios años personas que se perdieron y que de repente aparecen algunos de sus restos en ciertas tumbas».
Frente a decenas de feligreses, Reyes Larios refirió que la aparición de cuerpos mutilados es un problema de hace varios años.
«Eso es cotidiano, no es algo alarmante de apenas, sino ya de varios años, desafortunadamente, no vemos que disminuya. Entonces ese respeto al cuerpo, que es el templo del Espíritu Santo, que es el templo de Dios, ha desaparecido entre nosotros».
El Arzobispo de Xalapa destacó la importancia de que sea valorado el cuerpo humano en la sociedad.
«Por eso es sumamente importante valorar el cuerpo humano, respetar el propio cuerpo y respetar el cuerpo de los demás, porque el cuerpo es la expresión del alma, mente sana en cuerpo sano, es lo que se nos pide. Es el templo de Dios, Dios habiten nuestros corazones. La mística cristiana, no es tanto ver a Dios hacia afuera, sino hacia adentro, es un viaje hacia el microcosmos, que significa la persona hacia su interior», remató.
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