Mucho del presupuesto federal en México se ocupa para otorgar becas, apoyos y pensiones. Por ejemplo, las becas otorgadas a los Jóvenes Construyendo el Futuro tenían la finalidad de sacar a muchos de los jóvenes de las garras de la delincuencia. Sin embargo, el programa se llenó de corrupción. Muchos municipios empezaron a reclutar jóvenes para laborar en la administración; al cabo de un año los corren. Otros anotaron jóvenes fantasma, que sólo firmaban el ingreso, que aceptaban una cantidad mínima mensual, y que dejaban el resto al que los inscribió. El caso es que este proyecto no funcionó. Los jóvenes siguen sumándose a la delincuencia, al ocio, a los grupos criminales.
En el caso de los apoyos y pensiones, esta medida no ha logrado paliar la pobreza en nuestro país, cada año, más mexicanos se suman a los índices de pobreza extrema. A pesar de los malos resultados, el presidente López Obrador pretende dar cátedra de economía y de bienestar social.
Reunido con legisladores estadounidenses para ver el tema del fentanilo, López Obrador les recomendó: «Ahora que vino una comisión del gobierno de Estados Unidos, yo les comentaba: ¿Por qué no se otorga una beca a las familias en Estados Unidos que tienen hijos, para que, en vez de que se vayan los hijos a los 18 años, desde luego de manera voluntaria, si quieren quedarse con sus familias y hay acuerdo, que el gobierno le apoye a esa familia, para que el joven salga de la casa a los 21 años, que estén más en familia?». Por supuesto, por diplomacia los legisladores americanos no se carcajearon en la cara del presidente, seguro las ganas se las aguantaron.
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