Cuesta trabajo entender cómo es que las personas no se dan cuenta de que la deferencia que tiene el presidente de México por la gente de Sinaloa, sobre todo de la zona de Badiraguato, territorio del Cártel de Sinaloa. Esa deferencia es correspondida por la gente del cártel, que durante la visita del presidente de México a la zona del “Triángulo Dorado” colocó retenes en la carretera que va de Badiraguato a Guadalupe y Calvo, donde se presentaría López Obrador. Varios miembros de la prensa que se dirigían a ese lugar se encontraron con esos retenes en donde hombres armados los detenían y les preguntaban a donde iban.
«Vamos al evento del presidente», decían los miembros de la prensa. La descripción de los hombres armados no era la de militares, sino personas de la zona, con huaraches pero rifles y radios para comunicarse.
La gente del cártel es la que da permiso a la prensa para pasar al evento del presidente, no son agresivos, comentan los compañeros de la prensa, hasta se podría decir que son amables, pero no son autoridad oficial, no son del Ejército ni de la Guardia Nacional, son gente del Cártel de Sinaloa que custodian la casa de la mamá del Chapo a quien en una visita anterior el presidente se bajó a saludar amablemente de mano. Ya sabe usted lo que dice el dicho, «amor con amor se paga».
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